La captura y almacenamiento de dióxido de carbono es una técnica que se está desarrollando en la actualidad asociada a las centrales térmicas de carbón, y que determinadas empresas están siendo punteras, a pesar de las fuertes inversiones que se requieren para construir una planta comercial.
Un ejemplo es la filial británica de la española IBERDROLA dedicada a las energías renovables y a los proyectos relacionados con el cambio climático, SCOTTISH POWER, la cual tiene en cartera la realización de un planta anexa a la central térmica de carbón ubicada en la ciudad escocesa de Longannet. Para ello está negociando la financiación con el Gobierno británico, necesaria para que se materialice dicho proyecto, el cual sacó a concurso y la filial fue la única empresa finalista. Asimismo, dicho proyecto contará con la ayuda del Banco Europeo de Inversiones (BEI) a través de un préstamo para llevar a cabo tareas de investigación, desarrollo e innovación (I+D+i).
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