Pensando en escribir mi primer post, me he topado con al módulo de storytelling, algo que desde siempre nos ha acompañado aunque no le llamáramos así.
¿A quién no le gusta las historias? ¿Quién no se ha inventado un cuento improvisando para los ojos y oídos abiertos de un niño? O se ha quedado absorto escuchando a un cuentacuentos…
Y buscando me he topado con un post que sinceramente me ha sorprendido su aporte didáctico, por su sencillez de 40defiebre.com:
Sal de casa y deja atrás cualquier aparatito. Sólo se te permite llevar un reloj de agujas y, forzando, un cortaplumas. No te preguntes para qué sirve un cortaplumas. Su nombre lo indica. Sal de la zona de confort de tu barrio. Entrar en un bar concurrido. Encuentra hueco al fondo de la barra y pide un mosto. Necesitas tus sentidos alerta. Vuelve a casa, enciende el aparatito que más cómodo te resulta para escribir y publica un post en Facebook y trees tweets relatando tu experiencia y conclusiones. No vale repetirlos”.
Cómo hacer un storytelling
Vamos que para hacer un storytelling, lo que tenemos que tener es algo que contar.
Otra vez volvemos al aporte de contenidos, la forma, es secundario, con lo que empieza por el qué, a quién y luego valoraremos el cómo.
Es cierto que hay personas que tienen una habilidad innata para atraer la atención, para involucrar al oyente, algunos hasta improvisan, la mayoría de nosotros decimos que no podemos hacer eso.
Eso mismo ocurrió con mi primera ponencia, o con mi primera entrevista en la radio incluso en el mundo digital, pero tras superar “el miedo escénico”, me sorprendió la cantidad de personas que me dijeron que les había encantado mi naturalidad:
Se nota que estabas muy tranquila”.
¿Tranquila? De haber podido hubiera puesto cara de emoticono… pero bueno sigamos…
Cómo conectar con tus lectores
No pierdas de vista la idea principal:
Lo que realmente conecta al cliente con la marca es una vinculación emocional: conseguir empatía entre marca y usuario, y crear una experiencia única al cliente, haciéndoles vivir sensaciones positivas y alegres, algo que sólo se consigue con las historias.
¿Y por qué? Es muy simple, por si no te apetece leerte todo el blog, porque cuando nos dan datos fríos y claros, utilizamos solo una parte del cerebro, pero cuando nos cuentan una historia que nos alegra, nos emociona, nos entristece… utilizamos muchas más partes del celebro, digamos que “cala más”, y es mucho más fácil recordarla y relacionarla.
Yo te animo, a que elijas un mensaje o un valor, un tono, y un tipo de vocabulario ( más o menos coloquial dependiendo de para quien es el mensaje), y vallas creando una historia a través de él, no hace falta que sigas todas las pautas, simplemente hazlo. Cuéntaselo a varias personas, o házselo leer.
Si no les ha llegado el mensaje, entonces si deberás analizar el porqué, localizando la pauta que te has saltado:
¿El personaje no es el adecuado?, ¿El valor no se relaciona con el producto/servicio?…
Pero si no eres incapaz de contar una historia porque te has empeñado en seguir las innumerables pautas, trucos y secretos del storytelling, te diría que te estas yendo a “la paralisis por el análisis”, es como leerte todo la documentación sobre cualquier deporte, por ejemplo la hípica, y luego no subirte a un caballo.
Ya irás corrigiendo y entendiendo, ¡subete y toma las riendas!, primero “al paso”, luego “al trote”, y quizás llegues a “galopar”.
A todos nos encanta ofrecer información sobre nosotros o nuestro producto, el egocentrismo y el exhibicionismo forman parte de nuestra naturaleza, la forma mas fácil, ala te encasqueto los datos.
Pero sin ánimo de ser cruel, ¿por qué me va a importar lo que te hace feliz a ti si a mí me aburre?, claramente, a nuestra pareja y amigos, pero no al resto, y para eso no publiques en Internet.
Las personas somos cotillas, pero sobre todo somos personas, y lo que buscamos es sentir, pues perfecto, haz que sientan tu marca.
Tienes miles de ejemplos, en Internet.
El mejor consejo que que se puede dar es: ¡Inténtalo! no tengas miedo al ridículo, ya que si no lo haces del todo bien, o increíblemente mal, no lo va a leer demasiada gente!
¿Y si es así? Siempre se puede sacar ventaja de un error, eso ha quedado muy claro a lo largo de la historia de las empresas incluso de las personas o países.
Y como dicen Los delincuentes en su famosa canción:
¿Tu quieres que te cuente un cuento?, pues yo te lo cuento”.
Ibana Morales Olmos
, alumna del Master en Marketing y Comunicación Digital de IMF Smart Education.
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