Esta situación se nos alarga. El coronavirus ha decidido que no va a ser una noticia anecdótica que llegó de China y que pasaba por aquí. Recursos Humanos está haciendo lo indecible por aceptar que no solo en las organizaciones sino en los hogares donde ya estamos instalados todos, debemos aceptar que muchas cosas cambiarán. No es fácil gestionar nuestras emociones, pero vamos a tratar de entenderlo para que nos ayude.
Cuando la necesidad se impone
Hay veces en las que decimos “yo no podría hacer esto”, “soy incapaz de hacer lo otro”, “es imposible que yo haga eso”. Pero llega algo imprevisto y de pronto, lo estás haciendo.
El teletrabajo, es una de las herramientas que más estamos oyendo estos días de confinamiento obligado. Se ha vuelto la única manera de trabajar para muchas personas y aunque hay profesionales acostumbrados y habituados a los hábitos que se tienen en cuenta para trabajar en casa, no todos lo están llevando muy bien, aparecen las emociones que nos hacen temblar.
Teletrabajo impuesto
Vamos a ser claros, una cosa es el teletrabajo, otra es tener que estar sin salir de casa tú y toda tu familia. Si hay niños encima correteando, la cosa se transforma en complicada. Así que, si no has teletrabajado antes y estás en esta situación, no debe estar siendo nada fácil adaptarte.
Se junta la preocupación de todo lo que está sucediendo a nuestro alrededor, las noticias que no son precisamente buenas, el miedo ante lo que puede pasar. Y si encima tenemos familiares ingresados o que lo están pasando mal, aislados y sin poder ver, las emociones reinan a sus anchas si no las sabemos gestionar.
La gestión de las emociones
Todos sentimos que habrá un antes y un después con todo lo que está pasando. Y eso es lo que tiene que ayudarnos, esto pasará. Estar solos en casa o con toda la familia durante tantos días se vuelve algo difícil de gestionar si no se tiene la visión equilibrada de lo que estamos viviendo.
Nuestras emociones viajan como en una montaña rusa y hay que reconocerlas para que no ganen ellas. Se pasa por diferentes fases, y el hecho de reconocerlas, ya ayuda para que podamos ir avanzando.
La actitud lo es todo en momentos así, por lo tanto, el teletrabajo debe ayudar, no ser un foco más de los problemas. El equilibrio emocional es muy importante, porque aún quedan días y hemos de estar con fuerzas.
Fases emocionales
Presentimiento
En esta primera etapa es normal que estemos preocupados, que nos sintamos expectantes, pero con miedo. No sabemos muy bien qué está pasando y nos abruma lo que oímos, leemos y vemos en las noticias. Prevemos cambios, muchas cosas están transformándose y notamos que va a haber un corte en la forma de vida hasta ahora. No sabemos bien qué va a pasar, pero se avecina preocupación. Nuestras emociones empiezan a bailar a sus anchas.
Shock
Aquí el miedo ya ha hecho mella. La preocupación está, pero pesa más una emoción que nos hace sentir que las cosas no van bien, algo negativo porque ahora está claro, tenemos el problema encima, y el miedo a no saber qué va a suceder nos domina.
Negación
Aquí nos ponemos de frente al cambio y le decimos que no le queremos. Hay quien se aferra a lo que teníamos, hay quien no quiere ver las oportunidades. Hay rabia y frustración, se pierde mucha energía porque está descontrolada, además sentimos ansiedad por lo que viene.
Aceptación racional
Se acepta con frustración lo que está pasando, nos preguntamos mil cosas y vamos entendiendo que el cambio está aquí y no se puede evitar. Vamos tratando de manera personal cada uno, buscar la manera de encajar en todo esto y mirar de adaptarnos.
Aceptación emocional
Esta fase es delicada, las emociones surgen para hacernos recordar. Una vez todos vemos la realidad y lo que está sucediendo, que es inevitable, las emociones nos golpean y tenemos un bajón que nos hace debilitar. Nos viene la nostalgia, pero ésta bien gestionada, se transforma en confianza.
Integración
En esta fase, las emociones están sentadas, y sentimos curiosidad. Miramos hacia adelante y empezamos a sentir cierto optimismo hacia lo nuevo que está llegando. El cambio ha sido aceptado, pero además se ve con esperanza. Confiamos en lo que está ya aquí.
¿Qué podemos hacer para mantenernos equilibrados?
El hecho de tener teletrabajo no significa que no podamos disfrutar o hacer otro tipo de actividades. De acuerdo, no podemos salir, pero podemos apuntarnos a un webinar sobre gestión del tiempo, engancharnos con un vídeo en las redes sociales para mantenernos en forma con un entrenador personal que nos manda ejercicios o tomar el café con amigos de forma virtual.
Una de las cosas más importantes es tener una rutina con horarios en los que quepan cosas de varios tipos. El teletrabajo es parte de nuestra jornada, pero has de organizar el resto del tiempo.
Márcate unos objetivos diarios y una rutina que te haga seguir el horario como si tuvieras que salir de casa. Organiza reuniones con tu equipo de forma virtual y conversa con gente que no está en casa para mantener el contacto con otras personas.
Trata de tener un pensamiento abierto y positivo, eso te ayudará a identificar tus emociones y a gestionarlas mejor. Negocia tus tiempos con los que hay en casa y dedícate ratos para ti, no es fácil desconectar en momentos así, pero tu mente lo necesita. Busca en el humor ese espacio que te haga reír y salir de lo que estás viviendo. Mira películas que te hagan evadirte y te entretengan. Lee una novela, haz actividades nuevas como escribir, cocinar o alguna manualidad.
Ten en cuenta que tus emociones ni son buenas ni malas, pero has de conocerlas para llevarte mejor con ellas y no te hagan sentir en desequilibrio. Una buena gestión y podrás llevar el teletrabajo mucho mejor.
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