Así llaman a los que permanecen en el estatus de “candidato” durante mucho tiempo, por ser el Príncipe Carlos el eterno sucesor sin cargo.
En el ámbito laboral no sólo por el tiempo o la edad, sino por la falta de oportunidades en que poder demostrar la auténtica valía, es como la pescadilla que se muerde la cola, no encuentran el puesto donde demostrar el potencial y donde generar su propio valor añadido
Es muy frecuente en directivos que se llenan de cursos sin prácticas, muchos directores de equipos que nunca han gestionado un grupo en la realidad. Se preparan indefinidamente sin enfrentarse al error o posible fracaso de la primera vez. Por miedo a fallar y no llegar a resultados. Se pueden tener niveles altos de experiencia sin tener rendimientos altos, podemos movernos con tanto cuidado o temor que no lleguemos a verificar nuestro potencial por no dar los pasos de PROBAR.
Demasiado sobre seguro, es seguro un fracaso.
Más responsables son las empresas de estos roles que los trabajadores, por falta de confianza y poca predisposición al riesgo. Hay fórmulas de conseguir aumentar el engagement, como decía Benjamin Franklin “tarda poco en abandonar el rol de promesa y tarda mucho en jubilarte”.
La guía que ha demostrado ser más eficaz es la que sigue:
1/ Dejar de perseguir las líneas de ascenso únicas y buscar polivalentes estatus internos.
2/ No enfocarse en sólo “subir”, hay muchas formas de crecer y adquirir valor sin que la meta sea la de llegar A DIRECTIVO.
3/ Dotar de movilidad y libertad, dejar hacer, permitir errores y aprender del fracaso, es el camino mas rápido, mucho más y en paralelo a los cursos de formación.
4/ Es mejor dedicarse a analizar a los que no son lo que queremos. Marcarse una figura ideal de ultimo escalón, como éxito nos alejará de nuestros propios mejores potenciales y nos estaremos autolimitando.
5/ Planifica las partes de tu carrera, diseña tu propio camino, todos somos diferentes, no hay líneas genéricas que sirvan para todos. Se puede acceder al mismo objetivo desde muchos puntos.
Se trata de alejarse de los modelos de “toda la vida” y los puestos que están acaparados por líneas de sucesión jerárquica más que por méritos. Versatilidad es el secreto, atreverse el camino. Dar el primer paso, la única opción.
La manera de seguir es saber que las posibilidades de caerse son grandes, si no es así no merece la pena moverse, y tampoco se trata de esperar el momento perfecto porque no existe, la manera correcta es andar sin parar, tropezar con la seguridad de que cada traba es una oportunidad y sin ellas no es posible avanzar.
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