El profesional de Recursos Humanos tiene que tener en cuenta una serie de factores internos y externos de influencia que deben tenerse en cuenta en la formulación o revisión de la política salarial establecida, y de esta manera poder decidir sobre el nivel general de salarios más conveniente para la empresa
El mercado de trabajo
Cuando la oferta de mano de obra es escasa en relación al capital, la tierra y los demás factores de producción, los empresarios compiten entre sí para contratar a los trabajadores por lo que los salarios tienden a aumentar. Mientras que cuando la oferta de mano de obra es relativamente abundante y excede la demanda, la competencia entre los trabajadores para conseguir uno de los escasos puestos de trabajo disponibles tenderá a reducir el salario medio.
El coste de la vida
La política salarial debe contemplar el poder adquisitivo de los salarios. El IPC es un referente para la implantación o actualización de las retribuciones. Aunque hay que tener en cuenta que una subida importante de dicho índice puede neutralizar cualquier mejora salarial conseguida por los trabajadores. Es imposible ignorar el IPC en las estimaciones salariales, ya que su consideración es una práctica habitual en todos los convenios colectivos.
Las restricciones legales
La empresa ha de fijar el sueldo base, los complementos, el número de pagas extraordinarias y todos aquellos conceptos que establecen las leyes y los convenios colectivos siempre intentando maximizar los beneficios empresariales y la satisfacción del personal.
La productividad
Los salarios deberían aumentar cuando crece la productividad. Vincular los salarios a la productividad del empleado y a la empresa en general constituye un buen método para recompensar a los empleados o colaboradores que están produciendo mayor desempeño. Se deben establecer método cuantitativos y cualitativos lo más objetivos posibles para establecer complementos salariales de productividad.
La capacidad de pago de la empresa
Desde el punto de vista de la empresa, aunque obvio es el criterio más importante para fijar los salarios es la capacidad económica para pagarlos. Se debe tener en cuenta, no sólo el salario bruto que cobra el trabajador, si no el coste total. Normalmente, el coste mensual de un trabajador es un 66% más de su coste mensual con las pagas extras incluidas. Un trabajador que tiene un salario bruto mensual de 1.750 euros, por lo que su coste mensual para la empresa es de 2.900 euros. Esta regla nos puede servir para realizar un cálculo de costes rápido y para comprobar en cualquier plan de negocio si se han cuantificado correctamente todos los costes de personal.
Marta Martínez tutora del Máster en Dirección de Recursos Humanos de IMF Smart Education
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