Actualmente uno de los asuntos de mayor trascendencia en el ámbito del comercio internacional es la negociación que se está llevando a cabo por parte de Estados Unidos (EEUU) y la Unión Europea (UE), de la Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión (ATCI) o (TTIP en sus siglas en inglés).
A pesar del auge de los mercados emergentes y de la creación de bloques económicos regionales, las relaciones trasatlánticas de índole económica, siguen constituyendo hoy, una de las zonas comerciales más importantes, así como, de forma recíproca, el mercado más importante para ambas potencias.
No obstante, el TTIP es ambicioso y busca ir más allá, planteando lo que sería la mayor zona de libre comercio del mundo, que superaría los 800 millones de ciudadanos. En particular, el Acuerdo busca la eliminación de las barreras comerciales existentes, no solo a nivel arancelario (que actualmente estriban alrededor del 3%), sino que el Acuerdo persigue asimismo la eliminación de las denominadas ‘barreras no tarifarias’.
Recientemente se ha concluido la 12ª ronda de negociaciones, que tuvo lugar entre el 22 y 26 de febrero de 2016 en Bruselas. El Acuerdo se lleva negociando durante varios años, y existen cuestiones que están generando cierta controversia, en particular por las diferencias existentes entre ambas orillas del Atlántico sobre determinada normativa, protección o la prestación de los servicios.
De este modo, es importante señalar que entre las cuestiones que suscitan mayor polémica destacan: el tema de la protección de las inversiones; el sistema de Tribunales de Inversiones y el Tribunal de Arbitraje, así como la normativa respecto a la producción y distribución de productos y servicios, que difieren entre EEUU y la UE, por ejemplo en materia de productos fitosanitarios, productos modificados genéticamente, legislación medioambiental, agricultura, sanidad, legislación laboral, etc.
Defensores vs detractores del TIIP
Es por tanto importante señalar que existe a nivel europeo un posicionamiento enfrentado entre los defensores y los detractores del TIIP, que está aparejado de forma inequívoca con determinados postulados ideológicos. De este modo, los defensores del TTIP, aunque con discrepancias internas sobre determinados temas, se encuentran de forma mayoritaria, el centro derecha y la socialdemocracia europea, que defienden que el Acuerdo sería beneficioso tanto para la UE como para EEUU, si bien habría que limar determinados aspectos ligados a la protección final del consumidor y a las garantías del mismo.
En contraposición, se encuentra el amplio espectro de la izquierda europea, que integra partidos como (Izquierda Unida, Podemos, Los Verdes, EQUO, etc.) y que se posicionan rotundamente en contra de la aprobación del TTIP (sobre una óptica claramente antiestadounidense), puesto que consideran que, por un lado, se ha debatido de espaldas a la ciudadanía, y, por otro, será una cesión de derechos de los ciudadanos a las grandes multinacionales, que tendrá consecuencias catastróficas para la ciudadanía europea.
Será interesante por tanto prestar atención a la evolución de las negociaciones sobre el TTIP, que se prevé que finalicen en el presente año 2016, ya que la ventana de oportunidades que abre el Acuerdo a todos los niveles es innegable y positiva. Del mismo modo, habrá que estar pendiente a las consecuencias directas que el Acuerdo pueda tener sobre los ciudadanos-consumidores norteamericanos y europeos.
Raquel Barras Tejudo Docente del Master en Comercio Internacional de IMF Business School
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