El mundo empresarial está dominado por los hombres, basta echar un vistazo a las estadísticas para ver que esta afirmación es cierta. Pero, ¿podemos decir que las empresas son machistas? Vamos a comenzar definiendo qué es machismo.
Según la RAE, es una actitud de prepotencia de los varones respecto de las mujeres. Las personas machistas tienen actitudes y comportamientos que menosprecian a las mujeres y, como consecuencia, imaginan una sociedad jerarquizada en la que los hombres detentan el poder y las mujeres están subordinadas. Estos comportamientos machistas perpetúan el patriarcado.
Para analizar si existe machismo en las empresas debemos considerar si mujeres y hombres tienen las mismas oportunidades, si unas y otros pueden desarrollar su carrera profesional sin ninguna cortapisa. Para ello debemos tener en cuenta los salarios, la proporción de mujeres en puestos de responsabilidad, las posibilidades de promoción, etc. Es decir, tenemos que ver si no existe discriminación.
Además, hay que tener en cuenta otras actitudes que suelen pasarse por alto y que tienen que ver con el ambiente que se vive en la empresa. Los comentarios despectivos y actitudes o comportamientos sexistas, como pueda ser el lenguaje ofensivo, los chistes que denigran a las mujeres, criticar la forma de vestir de las mujeres, ya sea por exceso o por defecto. Miradas ofensivas, silbidos, gestos obscenos al pasar una mujer por un espacio donde predominan los hombres.
Respecto de la cultura empresarial, analicemos donde se toman las decisiones, si se hace fuera del lugar del trabajo, como por ejemplo, tomando cañas a la salida, momentos en que los hombres son mayoría. Hay machismo cuando se permite o potencia que se existan espacios donde las mujeres no son bien recibidas.
También cuando se duda de la valía de una mujer simplemente por su sexo, cuando se rechaza una idea si la propone una mujer sin considerar su eficacia, cuando al dirigirse a una mujer se utilizan términos despectivos o se espera que por ser mujer realice determinadas funciones, por ejemplo servir el café.
Una empresa es machista si su publicidad contiene imágenes que utilizan el cuerpo de la mujer presentándolo como objeto. Cuando el vocabulario que se emplea en las comunicaciones, tanto internas como externas, se menosprecia o invisibiliza a las mujeres.
Son tantas las actitudes que cada día encontramos en el entorno de trabajo que por ser tan cotidianas se han normalizado, pero hay que recordar que son comportamientos que perpetúan la discriminación de las mujeres al considerarlas más como objetos para el deseo y el placer masculino que como sujetos de derecho.
Actualmente son muchas las empresas que hablan de implantar medidas para lograr la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres, pero luego olvidan algunos o muchos de los aspectos que hemos señalado. La igualdad real sólo será posible cuando las mujeres sean tenidas en cuenta en todos los aspectos señalados.
El lenguaje es importante y hay que llamar a las cosas por su nombre, las situaciones que hemos apuntado son muy comunes en las empresas; habitualmente denominamos a estos comportamientos como discriminatorios, término que actualmente se acepta más que si los llamásemos machistas, que es lo que son.
En Estados Unidos se ha creado una web con el objetivo de visibilizar el machismo en las empresas. Según su creadora, Ursula Mead, el objetivo es que se convierta en una herramienta válida en todo el mundo: “Hemos recibido solicitudes para hacerlo a nivel internacional y esperamos conseguirlo pronto”, afirma. La idea es dar visibilidad a un problema que lejos de estar superado continúa afectando gravemente a las mujeres, pero, sobre todo, son un punto de partida para generar un necesario debate social sobre la igualdad laboral.
¿Pasaría vuestra empresa este test?
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