Saber orientarse cuando todo se queda a oscuras es clave. A veces lo olvidamos. Veamos por qué desarrollar una actitud GPS nos puede aportar en un mundo cada vez más interconectado. Hay multitud de factores externos que están impactando en nuestras vidas. El más importante de todos ellos es la idea de cambio. Estamos en un momento en el que vamos tener que ajustar muchos enfoques.
Los factores externos que nos afectan son muchos. El primero, el que estamos viviendo con mayor intensidad, es la confluencia de tecnologías muy disruptivas: inteligencia artificial, robótica, con la aplicación de bots, y todas las tecnologías TIC’s.
El que no se orienta bien va bien desorientado
La globalización y la movilidad de capitales y personas con talento que se marchan y que vienen, con una gran diversidad multicultural y dinamismo, tiene un gran impacto. Nuevos valores y formas de trabajar de jóvenes que redibujan nuevos escenarios.
Tenemos ante nosotros un nuevo mercado de trabajo, nuevas formas de trabajo y nuevos valores sociales. Los nuevos valores y las nuevas formas de trabajar nos obligan a hacer ajuste entre las necesidades y el talento en un mercado con reglas muy diferentes de las vividas hasta ahora.
Cuando hablamos de las nuevas formas de trabajo nos referimos a nuevos profesionales, nuevos valores y una idea clara: la autonomía y la independencia que buscan. Al referirnos a los nuevos valores sociales hacemos referencia a la idea de autorrealización, flexibilidad, transparencia, justicia o a la responsabilidad social corporativa de las empresas. Ya no todo vale.
Vivir sin la tecnología ¿es posible?
Pero llegados aquí, qué pasaría si en nuestra vida, o en nuestra empresa, nos quedásemos a oscuras. No recibiésemos ninguna señal externa, ni a través de Internet o vía satélite. Les explicaré un ejemplo. Normalmente, los barcos, a partir de una determinada eslora, están equipados con todos los medios posibles para saber la posición que tienes en cada momento, orientarte bien, conocer la profundidad, la dirección e intensidad del viento, la meteorología, los obstáculos que puedes encontrar en momentos de niebla muy densa, etc.
A veces, los que nos gusta navegar nos preguntamos qué haríamos si no tuviésemos todos esos artilugios que nos permiten una navegación segura. La respuesta es que agudizaríamos el ingenio, estaríamos más atentos y mecanizaríamos menos los procesos. Es decir, seríamos más conscientes, y quizá prudentes, de lo que tenemos entre manos y de los peligros a los que nos enfrentamos.
Disponer de toda esa tecnología está bien, pero amortigua la realidad que nos envuelve. Nos distancia de ella. Multitud de accidentes de todo tipo se dan por la excesiva confianza en nosotros mismos y en la tecnología, por no calibrar los riesgos, por un exceso de autoconfianza, de temeridad.
Afina tu actitud GPS
Me parece del todo necesario desarrollar la llamada actitud GPS. Es decir, saber qué hacer si no tenemos ese satélite que nos envía la señal. Saber orientarnos cuando hemos perdido la señal es clave. Si nos hemos quedado en medio de un túnel (crisis, incertidumbres, rupturas,…) hay que saber reaccionar, saber qué hacer.
Creemos que en estas situaciones lo relevante es afinar esa actitud GPS, que no es otra cosa que enfrentarte a la oscuridad con determinación para salir de ella. Y eso depende de nosotros, no del satélite.
Dr. Román Castro, Profesor de habilidades directivas del Master en Dirección de Empresas de Cela Open Institute.
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