Nueva regulación bancaria e impacto en la capacidad de financiación de las empresas.
Con fecha de diciembre del 2010, el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea y su órgano de vigilancia (GOHS) dieron a conocer Basilea III, en las que se establece nuevos estándares internacionales de suficiencia de capital y liquidez de las Entidades Bancarias, reforzando el marco regulador internacional y con el objetivo fundamental, de reducir el riesgo de propagación del sistema financiero a la economía real.
En líneas generales Basilea III intenta solucionar las principales carencias de su predecesora a través de tres vías fundamentales:
- buscar una mayor uniformidad en la definición de los niveles mínimos de capital con respecto al activo total,
- promover una mayor exigencia de Recursos Propios respecto a los exigidos con anterioridad,
- y exigir una mejor y mayor calidad de capitales y carteras crediticias.
Estas medidas afectan e impactan de manera heterogénea a las Entidades financieras dependiendo de la situación y condiciones de las mismas, tal y como estamos comprobando por la evolución observada en las entidades de crédito bancarias en el sistema bancario español.
- Volumen de negocio: La menos actividad económica y el proceso de “desapalancamiento” de las principales economías, han provocado una reducción en el volumen de negocio bancario, con la consecuente necesidad de reducir la sobrecapacidad instalada, y un incremento de los costes por la reestructuración que ha sido necesaria llevar a cabo.
- Pérdida de rentabilidad: Tanto el aumento de las primas de riesgo, como el incremento de los costes, que conlleva el proceso de reestructuración de algunas Entidades, así como el encarecimiento del pasivo, señalan a que la rentabilidad sobre los Fondos Propios (ROE) será menor, lo que podría conllevar a menores dividendos, respecto a los años de bonanza y por debajo de los previstos.
Por tanto, las consecuencias en el conjunto del sistema de financiación se hacen previsibles:
- Impacto importante en los beneficios y en la rentabilidad de los accionistas de los bancos.
- Impacto en el crecimiento crediticio, el cual tendrá un importante impacto en la financiación de las empresas, por la limitación al acceso a créditos bancarios.
- Impacto relevante en el acceso al crédito de las pymes, que van a ver muy limitada su capacidad de financiación bancaria y por ello, la necesidad de tener que analizar otras fuentes de financiación alternativas.
En este escenario, las funciones de planificación de la liquidez y gestión de las condiciones bancarias que realizan los departamentos de Tesorería, deberán estar, especialmente en los momentos actuales, apalancadas en planes de acción que como mínimo consideren: la situación financiera actual y proyectada de la compañía, la capacidad de negociación con los bancos, en un escenario de significativa dificultad por la situación de las Entidades financieras, la definición de los productos financieros apropiados para la situación de la empresa, y la necesidad de analizar otro tipo de financiación de carácter alternativo a las propiamente bancarias, que iremos analizando en futuros post.
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Gumer Alberola, tutor del Master en Dirección Económica y Financiera de EIPE Business School.
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