Nada que merece la pena es fácil.
Emprender es comenzar algo distinto a nuestros hábitos o una simple nueva andadura. Emprendemos un viaje, emprendemos la construcción de una casa…empezamos algo!
El término se acomodó a las personas que se plantean o deciden crear su propia empresa, pero un emprendedor es algo más. Son aquellos que buscan la regeneración continua y el camino de proyección novedosa, cambiar en definitiva algo en su vida.
El laberinto que se nos echa encima cuando tomamos o sopesamos la decisión de emprender un proyecto está en nuestra mente. ¿Trámites? Claro, como todo en la vida. Gestiones administrativas y papeleos, lo más fácil a pesar de que parezca una ardua tarea. Con planificación, una simple lista de tareas y documentos, a paso de hormiguita, cada día un paseo y cada día una gestión efectuada. Los trámites son solo cuestión de tiempo.
¿Tienes prisa por crear el proyecto? Redefine tus estrategias y objetivos, porque la prisa o la impaciencia si que pesan a la hora de emprender.
No te pares, constancia y confianza.
Es más importante actualizar nuestras metas personales, porque en el camino de todas estas “dificultades” y oportunidades de aprendizaje nos desmotivaremos, quizás el sueño hay que irlo repintando. Muchas veces nos moverán las influencias externas.
Si te has sentido desanimado al emprender cualquier idea de vida, es la mejor señal para conocer dónde se desvía el trabajo y esfuerzos de nuestro objetivo real y nuestros deseos.
El laberinto de canales que se nos van a cruzar por delante al acometer una toma de riendas personal o laboral, está lleno de bifurcaciones que van a ser muy parecidas a la que se corresponde con el ideal necesitado para proseguir cada tramo del viaje.
Será una lucha continua para apartar nubes y cortinas, el humo será denso y nunca hay que apartar la vista del banderín de llegada. Pero no hay que confundirse con llevar orejeras y sólo mirar en una dirección.
Ese continuo fluir de posibilidades a cada paso es determinante para el éxito, cuantos más tropiezos mejor será el destino y más claro el producto y resultados finales.
No detenerse es el secreto. Seguir la inercia de nuestra intuición sin dudar más de lo necesario. Ni un proyecto de crucero va a terminar en una plantación de ajos, ni tu idea va a ser exactamente como tú la esperas.
Lo difícil y a la vez el reto más precioso, llegar a llenar nuestro corazón de ilusión y satisfacción. Todo lo que te haga sentir orgulloso de ti mismo, será que estas eligiendo el camino correcto.
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Ojalá leyeran esta entrada todos los emprendedores que están pasando dificultades, hay momentos que dan ganas de dejarlo todo por los problemas que surgen.
También pueden resultarles interesante este post, que enseña a valorar si una idea de negocio es buena o no.