Da igual que sea una empresa grande, multinacional o pequeña, lo que vale o cuenta es la percepción que el cliente tenga de esa empresa. Y empieza por su líder, que no siempre tiene que ser el fundador o socio(s) de un negocio.
Un emprendedor debe tener la suficiente formación para poder garantizar un mínimo viable al proyecto. Son bastantes las facetas, técnicas y competencias que debe desarrollar el emprendedor, pero existen unas facetas que se tienden a continuar ejerciendo y que son posible causa de un buen lanzamiento o reinvención del negocio.
Mirad a unos cuantos empresarios de cuyo éxito es indiscutible, y veréis cómo tienden a romper reglas –no escritas- una y otra vez.
Y es que la mayoría de personas que desean invertir en sociedades lo que buscan principalmente es que ese negocio sea innovador, disruptivo, y es que aproximadamente el 54% del valor de las acciones de una empresa se basa en ideas y/o nuevos productos, servicios y modelos de negocio que no se han pensado todavía.
Con una sociedad tan cambiante se hace urgente ser disruptivo, o romper con reglas –no escritas- para liderar proyectos de modelos de negocio que enganchen al consumidor. Se pueden observar hasta 4 reglas de negocio que se rompen constantemente por parte de mentalidades líderes:
1 – Romper con el secretismo
Una cosa es publicar una patente en un medio (pero NO airear una idea) y poder conocer si el mercado lo aceptará es otra. Es clave saber si el producto/servicio podría ser objeto de demanda. Si no lo dices, no esperes respuesta. El empresario no la conoce, lo saben los que mantienen conversaciones con el consumidor.
2- Dejarse de horarios, pensar en el resultado
Porque el personal sea muy puntual a la hora de entrar, y algo menos al salir, no significa que se hayan conseguido los objetivos del día. Ese horario que tanto gusta a los directivos que se cumpla a rajatabla no es igual a productividad y eficiencia. Debe considerarse dejar ese punto al personal, el cual debe ser lo suficientemente autosuficiente para que se lo imponga él mismo, y aún más con la llegada de las nuevas generaciones (millennials) los cuales no gustan de directrices que en tiempos pasados funcionaron. Fijar el objetivo es la clave, el resto es pura burocracia.
3- Los ingresos se generarán a medida que tengamos éxito
Muchos de los emprendedores, y también empresarios, tienen siempre como 1ª prioridad de su libreta el hacer ‘caja’. Normal, sin ingresos no existe negocio. Una buena idea generará el suficiente ‘cash’ para consolidar el modelo de negocio, pero primero debemos tener claro cual va a ser ¿nuestro? modelo de negocio, y es el que dicte el mercado. Si estamos de espaldas al mercado, por muy buena idea que tengamos, si no es aceptado de la forma que lo desean los consumidores, nunca generará el suficiente ‘cash’ para llevar al éxito un negocio.
4- Ser perfectos no significa ser exitosos
Cuántos productos se habrán lanzado al mercado que si nos parásemos a pensar un momento en que nos solucionan una determinada necesidad nos daríamos cuenta de que lo que nos han ‘vendido’ es algo que hemos tomado como necesario.
Ese es el eje en el que debe nacer un producto-servicio, siendo un PMV (Producto mínimo viable). No hace falta que tenga ya todas sus posibilidades estrujadas al máximo. Posiblemente eso dará muchas veces con el fracaso. Imposibilidad de evolucionar ante el declive de la madurez de su ciclo de vida, extensiones de línea, ampliaciones de gama, etc. Y en la mayoría de los casos, el consumidor no sentirá que le cubre una necesidad básica, es tan completo que no lo hace suyo.
Espero que estos 4 puntos puedan ayudar a ver con claridad que se puede evitar algunos errores que han llevado al (no) éxito a muchos negocios.
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