Hasta hace apenas unas semanas la palabra “estibador” no estaba en el lenguaje de muchas personas, entonces ¿quiénes son y por qué son tan importantes?
¿Qué es un estibador?
Un estibador es un operario de carga y descarga portuario, es decir, ese conjunto de personas que se encargan en un puerto (que van desde puertos marítimos a ferroviarios y aeroportuarios).
Se encargan desde la recepción a la colocación, manejo, distribución, de los envíos, normalmente grandes en contenedores especiales. Es decir, realizan un trabajo altamente importante y necesario para la economía pero altamente silencioso, en turnos rotatorios durante las 24 horas del día.
Siempre se ha considerado un sector en expansión (y más con la continua expansión del comercio internacional), pero en los últimos años cada vez ha sido más la presión de reducir costes empezando por informatizar los sistemas e introducir maquinaria pesada de distribución de mercancías que optimizaría el trabajo de varios contratados.
El conflicto de los estibadores portuarios
El actual problema viene por esta vía y es que los estibadores se enfrentan a una liberalización del mercado, afectando a sus contratos antes casi blindados y a (según se comenta) una bajada de salarios de hasta un 60%.
Los estibadores convocados a este movimiento son, en España, los portuarios que estarán de huelga desde el 20 al 24 de Febrero y aunque haya servicios de mínimos el desastre a la hora de cargar y descarga buques, retrasos en la colocación de los puertos, movimientos rápidos con el consiguiente riesgo.
Todo ello (y más) puede llevar a millones de Euros en pérdidas y es que es la única profesión no abierta a libertad de contratación en España.
Y ahora el Gobierno, amparándose en Europa, quiere poner fin a estas ventajosas condiciones laborales. ¿Debería hacerlo?
La normativa que se quiere implantar en el sector
Y es que si alguien quiere ser estibador hasta ahora sólo podría ser contratado si formaba parte de las Sociedades Anónimas de Gestión de Trabajadores Portuarios (SAGEP), pero desde Europa quieren liberalizar el sector para favorecer la competencia de tal manera que las empresas puedan contratar libremente trabajadores del mercado laboral.
Algo que llevaría a despidos y nuevas contrataciones a menor coste (se supone).
El Estado no ha acatado la normativa y lleva un retraso importante (lo que puede acarrear una fuerte multa) y de ahí la prisa por cambiar la legislación. 135.000 Euros por día de retraso no es baladí, y el nuevo Real Decreto quiere evitar el pago.
Por ello se propone la disolución de SAGEP para convertirse en ETTs o similares para dar supuestamente continuidad y cualificación a los puestos.
Los estibadores y su lucha por sus derechos
Obviamente los trabajadores piden mantener los puestos y los salarios actuales, asegurándose los privilegios conseguidos.
Una lucha tradicional entre los derechos y la reducción de costes, con la no-ayuda de una Europa excesivamente liberal. Tendremos que esperar para ver cómo quedan los acuerdos entre las partes.
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