El inicio del otoño de 2011 nos trajo un incremento en el déficit de tarifa, es decir, un aumento en la diferencia entre el coste que supone la producción de energía eléctrica según el mix energético nacional, y lo que realmente se cobra a los consumidores por la parte regulada.
Hay que tener en cuenta que las primas y tarifas que reciben las energías renovables participan activamente de dicho déficit de tarifa, por lo que el control que se lleve a cabo en el desarrollo de aquéllas, como ya se ha producido en el caso de la energía solar fotovoltaica con el boom producido a raíz del incremento tan desmesurado de la potencia instalada que se produjo tiempo atrás, es de suma importancia.
En ocasiones, el mes de octubre es un mes en el que tiene lugar un incremento del precio que se paga por la electricidad, pero en el año en el que nos encontramos, como consecuencia de las elecciones generales celebradas el pasado 20 de noviembre, esta situación no se ha producido para evitar suspicacias a todos los votantes, y lo que se ha hecho es bajar las tarifas de acceso a redes para compensar la última subida en la subasta CESUR. Ya se está hablando de lo que sucederá para el próximo año 2012 por parte del futuro Gobierno de Mariano Rajoy.
Desde enero a agosto de 2011, el déficit se ha incrementado en 2.778 millones de euros, situándose a tan sólo 222 millones de euros del tope para todo el año, por lo que muy a pesar, es bastante fácil que las previsiones en esta ocasión tampoco se cumplan, a pesar de venir regulado por ley. Además el artificio económico producido con los peajes, según la patronal UNESA, acarreará para el año 2012 otro aumento adicional de 900 millones de euros. Ésta ya está presionando para que las tarifas suban como mínimo un 25%, ¿esto sería sostenible para la tan fatigada economía española?.
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