Llevamos observando ya casi una década como las empresas de moda situadas en un segmento intermedio de precio (que no es “low cost” ni lujo) donde se sitúan, entre otras, las marcas de semi-lujo, están pasando muchas dificultades para crecer o incluso en muchos casos para sobrevivir.
Solamente las que han sabido tener una estrategia de branding y producto impecable que las diferencia de las demás con verdadero valor, están siendo capaces de ganar cuota y tener perspectivas positivas de futuro.
En concreto os explicaba el caso de Bimba y Lola en nuestro anterior post.
La moda en la segunda década del siglo XXI
El “Made in France” está siendo el sello ganador en el S.XXI en este nicho, al igual que lo fue el “Made in Italy” en los 80´s y 90´s.
Así empresas como MAJE, ZADIG&VOLTAIRE, SANDRO o PAUL&JOE han salido reforzadas por el sello, aparte de manejar estrategias de producto e imagen a la altura.
El caso es que quería lanzar una reflexión sobre este tema, y en relación precisamente a la dicotomía de mercado que se está dando y haciendo cada vez más sistemática.
La dicotomía se produce por cómo abarcan el mercado los grupos/marcas del gran lujo y de “low cost”.
Hay en esta bipolaridad una retroalimentación enorme que hace que se acelere el domino conjunto de mercado, ya que unas viven de las otras de alguna manera.
Parece muy claro que las colecciones arriesgadas y tendenciosas que lanzan cada semestre todas las marcas de los grandes grupos del lujo, son el aire que necesitan para vivir y hacerse fuertes grupos como INDITEX, PRIMARK, TOPSHOP o MANGO.
Ya que sus escaparates, sobre todo, utilizan las tendencias recientemente presentadas como gran reclamo para su público entregado a la moda pronta.
Ellos han conseguido llevar la moda a las masas y democratizar la calle, para que todo el mundo pueda vestir a la última.
Sinergias entre marcas de moda
Sonará extraño decir que PRADA, GUCCI, DIOR o VERSACE puedan igualmente sacar partido del crecimiento del segmento de bajo precio, pero creedme que estoy firmemente convencido que lo hacen y tengo mi propia teoría.
La moda más que nunca está en la calle, e incluso a niveles sin precedentes la gente con “posibles” tiene la necesidad social de diferenciarse del que solamente puede acceder a comprar en tiendas “democráticas”.
Antes era más obvia la diferencia entre ambos nichos, cuando no existían los grupos que copiaban las tendencias literalmente. Pero ahora la necesidad de diferenciación social, lleva a los consumidores del lujo a ser más ambiciosos en sus compras.
Además el hecho de que la moda se haya hecho tan viral, en gran parte por esta democratización ha hecho más grandes a LVMH, PRADA, DIOR o HERMÉS entre otros.
Antonio Pernas Freire
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