William Ospina, escritor y periodista colombiano, explica en su obra “La linterna Mágica” (2012), al reflexionar acerca del sentido de la educación y su aplicación práctica, que el trabajo “no debe dar sólo un rendimiento sino un sentido a la vida, una justificación moral al esfuerzo, un sentido de dignidad y belleza”. Podría parecer que son las palabras de un poeta alejado de la duras peleas del mundo de los negocios, pero el propio autor nos previene en contra de dicho prejuicio al afirmar que si bien la pretensión de hacer “de cada oficio un arte” puede parecer un desvarío romántico, dicho ideal ha sido ratificado ni más ni menos que por uno de los iconos de lo que él denomina la “sociedad industrial”: el Sr. Jobs.
Con ese apellido parece claro que el conocido y fallecido magnate de Apple estaba predestinado a decir cosas de enjundia acerca de la naturaleza del trabajo. Lo que pocos podrían sospechar, sin embargo, es que fuese precisamente un tal Steve, el paradigma del éxito en los negocios, quien reivindicase la intuición frente a la disciplina, o el ejercicio de lo que Ospina denomina la “curiosidad sin propósito” frente a la “disciplina inflexible”.
Ospina se congratula de que sea precisamente Steve Jobs y, más concretamente, su amor por la caligrafía, que tan brillantemente supo volcar en el diseño de los ordenadores a los que debe su éxito, quien ponga a los “encorbatados ejecutivos de las multinacionales y de sus satélites académicos” en el brete de tener que explicar cómo un hombre de esa mentalidad , “más poética que pragmática”, haya sido capaz de convertirse en el empresario por excelencia.
Conviene, por tanto, no desdeñar las infinitas posibilidades que los quehaceres más extraños encierran para triunfar en el mundo de los negocios, sino más bien seguir los sabios consejos del excelso poeta sudamericano, que concluye afirmando que “si aprendemos la pasión, si aprendemos el ritmo, si aprendemos la levedad, si aprendemos el sentido de la belleza, si aprendemos el sentido de la gratitud y de la convivencia, estaremos preparados para las grandes empresas del porvenir”.
Diríase, pues, que no hay mejor consejo al afrontar la tarea de preparase para los negocios que leer poesía…
Ahora bien, si a alguien le resulta especialmente tedioso enfrascarse en la lectura de un poeta sudamericano de renombre, puede quizás conformarse con visionar el último biopic dedicado a Steve Jobs y protagonizado por Michael Fassbender, titulado precisamente “Steve Jobs”, estrenado en EE.UU. a finales de 2015. Con guión de Aaron Sorkin, guionista de series míticas como “The West Wing” y “Newsroom”, la película retrata tres momentos esenciales en la vida del genio de Apple. No es la única, ya que al menos hay dos más – de momento-: “Steve Jobs: the Man in the Machine” y “Jobs”, protagonizada por Ashton Kutcher.
Pelayo Benito García, socio fundador de Osenseis y tutor en el área de MBA de IMF Business School
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