Las Redes Sociales han existido siempre, antes de que Internet apareciera. Asociadas a los grupos de conexión 2.0 se van diluyendo las redes desvirtuales y pierden prioridad las relaciones personales face to face.
Hay que recordar que por muchos contactos que establezcamos si no los cultivamos fuera de los dispositivos y pantallas, no serán reales ni efectivas.
En cualquiera de los casos ya sea por objetivo laboral, empresarial o simple publicidad, las conexiones van a llegar a personas físicas con las que tendremos que saber comunicarnos fuera del 2.0
Podemos ser expertos en multimedia y magníficos comunicadores a través de las redes y sin embargo tener muchas limitaciones a la hora de entablar una conversación efectiva.
El equilibrio ideal estará siempre dividido entre nuestras capacidades de palabra y escritas, ya que el Mundo 2.0 no necesita en general de la comunicación verbal y no verbal. Basta con una buena dialéctica y nivel de ortografía mínimos para que podamos codearnos con niveles de culturización y sociabilización que en la realidad nos supondrían grandes barreras y no se corresponden con nuestro verdadero nivel personal.
Es fácil tanto esconderse como brillar, pero cualquier tratamiento con otras personas debe llevar el refuerzo de una comprobación auténtica, sin ayuda de textos o citas espectaculares.
El cultivo de la Red Social 1.0 está dejándose llevar por la facilidad de acceso a los demás sin trabas físicas, como el espacio o el tiempo. Hay que ponerse manos a la obra para hacernos ver de verdad, no queda lejos el momento en que comiencen las desilusiones que tanto puede costar reconstruir desde el momento que abandonemos el mundo de las expectativas.
Las Redes Sociales 2.0 son pura expectativa, en la Red Social 1.0 la realidad no se esconde bajo ningún perfil.
Cuándo podríamos haber imaginado hace 30 años poder presentarnos en sociedad bajo un “perfil elegido”, sin depender de las primeras impresiones, o primeros encuentros.
Ahora cuando llegamos al mundo físico ya hemos podido filtrar y maquillar cualquier “mancha” en nuestro expediente, incluso de producto, anticipando las debilidades y llevando la ventaja de preparar al interlocutor a nuestro ritmo. Lo que antes era el traje o vestido de fiesta ahora es el perfil.
Y si lo que pretendemos son relaciones lucrativas, ya podemos ponernos las pilas en una buena conversación y empatías acordes al nivel de los interlocutores que pretendemos tratar, conocer y mantener. La verdad es que en 2.0 no sabes con quién tratas, hasta que le das vida, forma, y expresividad no verbal.
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