Hay varios componentes en la idea de la utilización del móvil en el trabajo, una es la restricción laboral por control de productividad, riesgos laborales y otra es el control de socialización.
Todas las empresas miden el uso del móvil, bien de empresa o particular; en el primero se da el extra de generación de estrés que supone estar siempre localizado y no respetar horarios laborales, enfocando al empleado “más conectado” a mejor comprometido, lo cual en realidad sólo depende de las cargas familiares de cada uno y de su personal disposición a auto respetarse fuera del horario de oficina. Porque pocos son los que saben reconocer lo urgente de lo importante.
Hay compañías que sí han sido responsables en su utilización prohibiendo incluso el uso del móvil de empresa fuera de horario, son las excepciones.
En realidad no son conscientes los jefes explotadores que lo que fomentan es el abuso del terminal de empresa, porque cuando autorizamos su uso fuera de la oficina no concretamos para qué se puede usar, y en todos los equipos hay compañeros con afinidades fuera del trabajo, en este caso ¿es una mutua concesión o abuso tanto por la empresa como por el trabajador?
Conocemos la existencia de los útiles grupos de whatsapp de trabajo, agilizan comunicaciones pero también se convierten en un amanera clara de sociabilización, bromas, quedadas etc.
La parte de aumento de control, o de prevención de riesgos laborales (en cuanto a no permitir llamadas ni su uso durante determinadas tareas) hasta ahí estamos de acuerdo de cómo lo queremos hacer y el objetivo que persiguen las compañías.
Pero qué pasa en el caso de control de movimientos sociales entre los trabajadores, ¿podemos o queremos controlarlo? Aún no tenemos conflictos graves que hayan salido de este medio y canales pero pronto las redes sociales harán que los trabajadores sean conscientes de la pérdida de intimidad en su entorno de trabajo, algo que en España sobre todo ha sido siempre muy valorado. Ahora estamos abriendo la mente pero aún así, cuando el móvil es de empresa y el círculo o grupo también, no es fácil salirse sin crear sensibilidades y abrir las puertas de Pandora donde se desaten resentimientos, así de difícil también es saber la parte irónica o componentes graciosos que sabemos no caen igual a todos.
No sea que nos encontremos con una sorpresa en actitudes que no sabemos de donde vienen…
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