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Vacunas contra la COVID-19: ¿qué tan efectivas son?

Innovar vacunando, vacunar innovando. La pandemia surgida en China a finales de 2019 representa un acontecimiento que ha obligado a los sistemas de salud a investigar y a innovar a un ritmo desconocido hasta el momento. Un problema con un impacto tan global demandaba un esfuerzo sin precedentes, para conocer al patógeno y combatir sus efectos.

Desde el inicio de la pandemia, el logro de una vacuna se convertía en un objetivo hacia el que había transitar con rapidez y eficacia. Para ello era preciso identificar un antígeno que produciendo una respuesta inmunitaria robusta y duradera se pudiera convertir en un inmunógeno (vacuna) eficaz y seguro. Imprescindible, además, el que pudiera fabricarse con calidad farmacéutica.

Con la COVID-19 llegan las primeras vacunas de ácidos nucleicos

La primera innovación ha sido vacunar no con el virus, ni con sus proteínas, sino con el ARN mensajero del virus, para que el organismo humano lo traduzca en proteína vírica y reaccione inmunizándose. Era una posibilidad que existía y que resultaba muy atractiva, pues su no requeriría cultivar el virus, sino sintetizar una pequeña parte de su genoma.

Pero ninguna de las vacunas que llevamos utilizando desde hace más de un siglo se basa en esta tecnología. Gracias a ella, dentro del año 2020, ya se han podido vacunar miles de personas.

Vacuna BNT162b2 por Pfizer/BioNTech

 La vacuna BNT162b2, desarrollada por el consorcio Pfizer/BioNTech, consiste en dos dosis de 30 microgramos de ARN, espaciadas 21 días.

El ARN lleva la información para que nuestro organismo vacunado produzca la llamada proteína S del coronavirus SARS-CoV-2 el productor de la COVID-19. El ácido nucleico se une a nanopartículas lipídicas y se administra por inyección.

En la fase clínica se probó en 44.000 voluntarios mayores de 16 años de varios países, vacunando a la mitad de ellos mientras que a la otra mitad se les administraba un placebo. Tras una semana de la segunda dosis, en un subgrupo de vacunados y placebos, se pudo comprobar que tenía una eficacia del 95%, ese es el porcentaje de los vacunados protegidos frente a la COVID.

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Vacuna mRNA-1273 por Moderna

 La Vacuna mRNA-1273, desarrollada por el consorcio de la empresa norteamericana Moderna junto con los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) utiliza el mismo principio. En este caso consiste en dos dosis de 100 microgramos espaciadas 30 días. Igualmente el ARN inyectable de esta vacuna lleva el mensaje para generar la proteína S del coronavirus y va estabilizado en nanopartículas lipídicas.

 Las pruebas clínicas de esta vacuna se efectuaron en 30.400 participantes mayores de 18 años (vacuna/ placebo 1:1) en los que la vacuna mostró una eficacia de 94,5% a los 14 días de recibir la segunda dosis.

¿Tienen efectos secundarios las vacunas de ácidos nucleicos?

Las dos vacunas de ácidos nucleicos actúan con eficacia similar por grupos de edad, sexo, etnicidad y comorbilidades. Naturalmente, las pruebas clínicas también han estudiado los efectos secundarios, que los tienen todas las demás.

Sería prácticamente imposible encontrar una sola vacuna que no dé lugar a reacción alguna en parte de las personas vacunadas. Pero, importa mucho conocer los efectos secundarios y controlarlos.

En más del 80% de los vacunados se puede esperar una reacción en el punto de inyección como enrojecimiento o hinchazón. En menor medida, se puede producir sensación de fatiga, jaqueca, dolor muscular, escalofrío, dolor articular, algo de fiebre. Son efectos leves que duran poco en general. En algunos casos, con mucha menor frecuencia, se han producido reacciones alérgicas más generalizadas y graves.

Otro efecto secundario: Parálisis facial (bells palsy)

Especial atención puede suscitar un efecto secundario, la parálisis facial (“Bells palsy” en inglés,) que implica una debilidad o parálisis del músculo facial con la consiguiente asimetría en rostro por la boca torcida. Los ensayos fase III de la vacunas de ácido nucleico han puesto de manifiesto esta reacción en un grupo muy pequeño de vacunados, no más del 0,02%. También en las pruebas de una de estas vacunas se observó la reacción en alguna de las personas que recibieron placebo, no vacuna. La parálisis facial observada suele ser transitoria, puede ser debida a una inflamación del nervio facial y también se ha observado como reacción frente a otros medicamentos, o sin causa farmacológica aparente.

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La vacunación frente a la COVID ya comenzada implica que el número de vacunados en todo el mundo se incrementa con una velocidad notable, por la necesidad de alcanzar cuanto antes una proporción elevada de inmunizados.

Los datos sobre su seguridad se irán ampliando, incluso se podría corregir pronto algún problema, como el de las reacciones alérgicas a que han dado un lugar en un número muy reducido de casos.

A finales de Enero de 2021 la vacunación prosigue en el mundo, aunque con una distribución nada homogénea. Mientras que Israel ha vacunado a más del 45% de su población y los Emiratos Árabes al 26%, en España se han administrado menos de 1.200.000 dosis, casi todas ellas la primera de las dos que establece la pauta de vacunación. Solo unas 70.000 personas han completado las dos dosis en nuestro país. 

Nuevas variantes del virus SARS-CoV-2

  Es de gran importancia observar la evolución del virus. Por cambios genéticos en el curso de su multiplicación puede variar alguna de sus características, aunque siga siendo el mismo virus. En el cuarto trimestre de 2020 apareció en el sudeste de Inglaterra una variante del virus portadora de 17 mutaciones, 8 de las cuales afectan a la proteína S, la “llave” de entrada del virus en nuestras células.

 Es fundamental el seguimiento de esta variante y otras relacionadas, como la surgida en Sudáfrica y la que se originó en Brasil (detectada en una persona que viajó a Japón). Lo es porque pueden ser más contagiosas como de hecho ocurre con estas nuevas formas del virus.

Aparte de su mayor facilidad de contagio importa conocer si las nuevas variantes pueden ser resistentes a la inmunidad de que confieren las vacunas. No hay muchos casos en la historia de la vacunación, en que una vacuna deje de ser aplicable por generarse una resistencia del tipo que aquí comentamos. Pero, ese seguimiento es obligado porque, además, la tecnología de vacunas de ácidos nucleicos permitiría reformular la vacuna, en no mucho tiempo, para contrarrestar el que las variantes pudieran anular la efectividad de la vacuna.

Decenas de vacunas más contra la COVID-19, de camino…

Pero el esfuerzo innovador no se para en lo anterior. Hay otras muchas posibilidades, nuevas o más clásicas, para vacunar que deben ser y han siso exploradas. Por ejemplo, utilizar otro virus fácil de manejar para que produzca la proteína S del virus de la COVID-19.

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ChAdOx1S por AstraZeneca y la universidad de Oxford

ChAdOx1S es el nombre de una vacuna desarrollada conjuntamente por la empresa AstraZeneca y la Universidad de Oxford. En este caso se trata un virus recombinante derivado de adenovirus de chimpancé, al que se le incorpora al gen de la proteína S del coronavirus. Una vez cultivado y obtenido se inyecta como vacuna para inducir una respuesta inmunitaria frente a la proteína S.

La vacuna ChAdOx1S, autorizada ya en el Reino Unido y en la India, ha sido estudiada en detalle de forma similar a las anteriores, tiene una eficacia calculada un poco menor, pero puede presentar ventajas. Entre ellas una conservación más fácil y un precio mucho menor.

Como conclusión, la innovación en vacunas para combatir al virus SARS-CoV-2 causante de la pandemia COVID-19 se ha considerado por sus logros el acontecimiento científico del año 2020. Pero hay mucho más que está por llegar, puede ser docenas de vacunas nuevas y diferentes las que serán introducidas. Seguiremos informando…..

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César Nombela Cano

Director del Área de Futuro Desarrollo de Biotecnología y Salud. Catedrático de Microbiología de la Facultad de Farmacia de la UCM desde 1982 (actualmente, emérito). Rector Honorario de la UIMP. Académico de número de la Real Academia Nacional de Farmacia. Presidente de la Fundación Carmen y Severo Ochoa. Patrono Fundación QUAES. Gran Cruz Orden del Mérito Civil. Gran Cruz de la Orden Civil del Alfonso X el Sabio.

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