El Parlamento Europeo pide a la Comisión, Consejo y Estados miembros de la Unión Europea el desarrollo de medidas y estrategias con el fin de reducir a la mitad el despilfarro de alimentos de aquí al año 2025.
En España, el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, ha elaborado la Estrategia “más alimento menos desperdicio” con el objetivo de cambiar las actitudes, procedimientos de trabajo y sistemas de gestión de todos los agentes que intervienen en la cadena alimentaria (producción, transporte, industria, restauración, hogares).
Según la Comisión Europea, se estima que un tercio de la producción mundial de alimentos es desperdiciada. Se desaprovechan al año más de 89 millones de toneladas de alimentos en buen estado en la Unión Europea. Dichas pérdidas ocurren en todos los eslabones de la cadena alimentaria, y las causas son diversas dependiendo del producto, transporte, almacenamiento, envasado o malos hábitos de los consumidores.
De los 89 millones de alimentos desperdiciados en la Unión Europea, el porcentaje proviene de:
- 39 % de la industria
- 5 % de la distribución
- 14 % de restauración y catering
- 42 % de los hogares
Centrándonos en los HOGARES, los desperdicios provienen fundamentalmente de:
- Malos hábitos en la planificación de la compra
- Una gestión inadecuada de los alimentos
- Una falta de comprensión de las etiquetas, sobre todo en cuanto a la conservación y la caducidad de los alimentos
La mayor parte de los desperdicios provienen de restos de pan, cereales, productos de pastelería, frutas y hortalizas, sobras de comidas, y productos deteriorados por una mala conservación o almacenamiento o por exceso de tiempo.
Por tanto, el consumidor puede contribuir de una forma importante a este cambio de hábitos.
El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente en su “Guía práctica para el consumidor sobre cómo reducir el desperdicio alimentario” indica una serie de claves para reducir el desperdicio en los hogares.
CONSEJOS PARA NO DESPERDICIAR ALIMENTOS
- Planificar el menú semanal evitando la improvisación.
- Realizar una compra con responsabilidad revisando la despensa y el frigorífico, haciendo un listado de lo que se necesita realmente.
- Tomando en cuenta el presupuesto de cada hogar, ya que el desperdicio es dinero que se pierde.
- Conservar de manera adecuada los alimentos, teniendo siempre presente su etiqueta.
- Comprar, cuando se pueda productos de temporada y consumirlos por orden de entrada: lo más antiguo, lo primero.
- Cocinar sólo lo necesario.
- Aprovechar las sobras.
- Tirar a la basura sólo aquello que no se pueda aprovechar.
- Si se come en el trabajo, llevar en recipientes reutilizables, así se aprovechan menor los alimentos sobrantes.
- Si se come en restaurantes, pedir envases para llevar las sobras.
Mariló García, tutora del Máster de Calidad Alimentaria de IMF Business School
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