Desde el 15 de diciembre de 1972, en el inicio de la Conferencia de Estocolmo, la Asamblea General de Naciones Unidas estableció que se celebrara en todo el mundo el Día Internacional del Medio Ambiente cada 5 de junio. Se trata del principal vehículo para que los habitantes del planeta se conciencien por el medio ambiente. Desde sus orígenes la importancia de este día ha ido en aumento hasta conmemorarlo en más de 100 países.
Todos los años se selecciona un eslogan, y en este ocasión se ha escogido «Siete mil millones de sueños. Un solo planeta. Consume con moderación». Es muy importante la utilización sostenible de los recursos naturales, de ahí que haya que consumirlos con moderación. Algunos de los ecosistemas de la Tierra están llegando al punto límite de agotamiento, con un cambio irreversible, debido al crecimiento de la población y al desarrollo económico que se está teniendo en la sociedad. Según algunos estudios, si se mantienen los niveles de consumo actuales y con el crecimiento de la población que se tiene, se necesitarían para el año 2050 tres planetas como el actual para mantener el nivel de vida y consumo actual. Es necesario vivir de forma sostenible con menos.
Todos los años el Día Internacional tiene un país anfitrión. En esta ocasión el país es Italia, en donde en la ciudad de Milán se tienen las celebraciones en la Exposición Universal, cuya cita es del 1 de mayo al 31 de octubre.
Conviene apuntar que recientemente se ha publicado un informe que demuestra cómo el mundo puede evitar los costes financieros y medioambientales del agotamiento de los recursos y ahorrar millones debido al aumento de la eficiencia (entre un 50 y un 80%). Mejoras de entre el 60 y el 80% en la eficiencia del uso de energía y agua son viables en sectores como la construcción, la agricultura, el sector hostelero, la industria y el transporte. Todo ello se ha recogido en la publicación Consumo y Producción Sostenible: un manual para responsables políticos. Esta publicación recoge información sobre el impacto del consumo y producción no sostenible, como de los beneficios en eficiencia de llevar a cabo pautas de consumo y producción sostenibles.
