Las grandes eléctricas de este país llamado España, son propietarias de la gran mayoría de las redes de distribución existentes en el territorio nacional. Las redes de distribución resultan completamente indispensables por ser los elementos existentes entre las centrales de generación eléctrica y las redes de transporte (propiedad de Red Eléctrica de España), y los consumidores. En España el sistema de distribución se encuentra completamente distribuido en forma de un absoluto monopolio, es decir, en una misma área no existen dos redes de distribución de dos empresas distintas, por lo que las compañías actuales no tienen competencia alguna con otras empresas, de ahí que hagan y deshagan a su antojo lo que quieran. Estas empresas distribuidoras, para los que no sepáis quiénes son, son las que forman parte de ese lobby eléctrico llamado UNESA que tanto se mete con las energías renovables al considerar que éstas son las culpables de todos los males del sector eléctrico en España.
Pues bien, días atrás la Comisión Europea ha colocado a España como el país que tuvo en el año 2012 los costes de distribución eléctrica más altos de toda la Unión Europea, a partir de datos de Eurostat, y esta información se incluirá en un trabajo sobre los costes energéticos que se publicará por parte de Bruselas. Esto como no podía ser de otra forma, ha generado un malestar importante en el seno de las eléctricas, afirmando éstas que dichas afirmaciones «son erróneas y alejadas de la realidad» (claro porque va en contra directa de su manera de operar). Si lo que se analiza es el coste del transporte eléctrico, España ocupa una posición intermedia, aunque no obstante, si se suman los costes de transporte y distribución, España sigue ocupando la primera posición, con lo que eso implica en el precio del kWh.
A la vista de las afirmaciones anteriores, no sé cómo es posible que todavía haya dirigentes como el presidente de IBERDROLA que se atreva a decir en un foro internacional como el de Davos, que la luz «debe y puede bajar». Desde luego es muy fácil, hay que tener intención política, y la regla es sencilla, pudiendo ser algunas de ellas las siguientes:
- Retribuir a las instalaciones del régimen ordinario en función de sus costes reales de generación eléctrica más el correspondiente beneficio industrial y no según el precio del pool
- Cambiar la metodología de fijación del precio eléctrico
- Reducir de manera clara y destacada los costes de distribución eléctrica
- Realizar un plan de aprovechamiento de las instalaciones de renovables regulando en todo momento el precio de retribución (no siendo ya necesaria en muchos casos ni prima ni tarifa).
Siguiendo estas premisas indicadas anteriormente, el precio de nuestro kWh se reduciría de manera importante, pudiendo ser nuestras empresas mucho más competitivas en los mercados nacionales. ¿Nos harán caso? ….
Buenos días Javier, como bien dices uno de los graves problemas del sistema eléctrico es el monopolio en el cual nos encontramos y si sumamos la mala tradición de que nuestros políticos «representantes» tengan el chance de al terminar su mandato un puesto asegurado en la directiva de estos monstruos económicos, poco se podrá hacer.
Esperemos que desde Europa por lo menos alguien se atreva a ponerle el cascabel al gato y desenmascarar este poder fáctico, que tanto daño esta haciendo a este país llamado España. Un saludo!
Muchas gracias por tus aportaciones Esteban. Como siempre digo, es importante hacer ruido aunque sea a través de un modo discreto como el que hacemos a través del presente blog.
Saludos.
Verdades como puños, esos mismos puños con los que deberíamos darles a nuestros políticos, para ver si de una vez por todas despiertan de esa gran somnolencia en la que se encuentran, sin descontar que mientras muchos de ellos, incluso ex políticos, tengan alguna relación con esas mismas empresas nada se va a poder hacer, ya que la cáscara guarda el palo……..
Exuperio, de manera metafórica lo has transmitido, pero por favor cuidamos al máximo nuestras expresiones.
Muchas gracias.