Un total de catorce asociaciones nacionales que desarrollan su actividad en el sector de las energías renovables (ACLUXEGA, AEBIG, AGAEN, AIFOC, ANPIER, APUEE, AVAESEN, DONOSTIA SUSTAPENA, PROTERMOSOLAR, SOLARTYS, UNEF, UNIÓN POR LA BIOMASA, URWATT, APPA) han denunciado la campaña que están realizando las grandes eléctricas de la Unión Europea con el único fin de mantener sus beneficios. Asimismo, vuelven a hacer hincapié que las energías renovables no son causantes del déficit de tarifa, por abaratar en el período 2005-2011 el precio del kWh en 28.500 millones de euros, frente a los 7.600 millones de euros que recibie
ron a través de las tarifas y primas del régimen especial.
Tal y como determinó la antigua Comisión Nacional de Energía, del total del déficit de tarifa, el 41% procede del déficit que se conoce de antemano y que los Gobiernos no quieren corregir por las consecuencias políticas que eso conlleva (conocido como déficit ex ante), un 31% procede de la desviación de los precios del pool, un 5% de la desviación de los costes extrapeninsulares, y el 22% restante de las energías renovables, por lo que no son las principales causantes del tan denostado déficit tarifario.
Si se hubieran eliminado los pagos por capacidad, los costes extrapeninsulares, la interrumpibilidad, los excesos de costes de transición a la competencia, y los beneficios caídos del cielo, que reciben las eléctricas, de las centrales nucleares y de las grandes hidráulicas, y se aplicara el concepto de «rentabilidad razonable» que ahora se pretende aplicar a las instalaciones del régimen especial, no existiría déficit de tarifa y no se tendría que pagar los correspondientes intereses del mismo, es decir, no habría problema. En todos los casos anteriores, los principales beneficiados son las compañías eléctricas.
Conviene apuntar que las grandes eléctricas, las que critican tanto a las energías renovables, han instalado desde el año 2001 más de 27.000 MW en ciclos combinados, los cuales han recibido también subvenciones vía tarifa eléctrica a través de los «pagos por capacidad», en un valor próximo al 40% de las inversiones realizadas.
Finalmente, defienden la presencia de electricidad procedente de instalaciones renovables por el abaratamiento que suponen en el recibo eléctrico frente a las instalaciones convencionales, tal y como sucedió en el primer trimestre de 2013, en donde se obtuvo una rebaja de más de 20 €/MWh.
