En los últimos tiempos la figura del Compliance ha adquirido una transcendencia especial. Puede ser que su principal aparición en el noticiero español fue a partir de la reforma de 2015 que sufrió el Código Penal.
En ella, por primera vez se estableció la responsabilidad penal de las personas jurídicas, concretamente en su artículo 31 bis. se establecen las directrices que han de aplicar las empresas para no verse afectadas por la comisión de un ilícito penal, o en el caso de verse involucrada se establecen los criterios para exonerar o atenuar su responsabilidad. A su vez, se establecen una serie de artículos, numerus clausus, en los cuales una empresa puede responder penalmente.
Función de la figura del Compliance
Pese a que el cumplimiento de la normativa penal es una de las funciones que lleva a cabo el Compliance, no es la única. Hay que tener en cuenta que el cumplimiento penal solo es una de las partes asociadas a esta figura, pero hay que señalar que su función va más allá.
El objetivo de esta figura es que una organización cumpla con todas sus obligaciones, en definitiva, es un sistema de gestión eficaz para las empresas. Pero para que ello sea así, se necesita que en la misma se introduzca una cultura o ética empresarial de cumplimiento, sin la cual carecería de sentido este mecanismo.
Establecida esta cultura, las empresas disponen de un mecanismo como lo es el de Compliance que permite la gestión eficaz de sus objetivos, pudiendo llegar a los mismos de una manera respetuosa con la propia organización, con terceros y con el conjunto de la sociedad.
Para ello será necesario integrarlo en todos los procesos de gestión de las sociedades, a través de políticas y procedimientos que permitan su integración en todas las áreas de la empresa, desde finanzas, hasta riesgos, pasando por calidad, medio ambiente, salud y seguridad, etc.
Contando con la salvaguarda de la Alta Dirección de la empresa, podrá superar los conflictos culturales, económicos y laborales, que suelen ser un punto de inflexión para la aplicación de esta figura.
Debido a que esta filosófica cuesta integrarla en el imaginario de los diferentes integrantes de una empresa, ya que en ocasiones puede verse como un mecanismo intrusivo e invasivo en exceso, sintiéndose investigados y controlados y, se suelen mostrar, en un principio, temerosos de estas políticas.
Objetivos del Compliance
En realidad, no es más, ni es menos, que un mecanismo transversal que afecta a todos los aspectos de la sociedad. Puesto que su principal fin es el de conseguir los objetivos que se ha establecido la empresa de una manera respetuosa con las normas externas e internas establecidas por y para la sociedad. Independientemente de la calificación o nombre que reciban esas normas o procedimientos, no todo se circunscribe al ámbito penal.
Para lograr todo esto, desde mi humilde punto de vista, la labor más importante que lleva a cabo el Compliance es la de crear una cultura de cumplimiento, normalmente a través de códigos de conducta o códigos éticos.
Compliance y la ética en las empresas
¿Por qué digo esto?, es sencillo, la función de Compliance respecto a la ética empresarial, es la de establecer un marco normativo que incorpore los valores que ha de respetar la sociedad, conforme a unos criterios socialmente aceptados y validos, como lo son la integridad, honestidad, transparencia y buena fe, velando por que se lleva a cabo y estableciendo sanciones cuando se ignoran.
Podríamos decir que establecer una cultura de cumplimiento es el punto de partida necesario para que una empresa, independientemente de su tamaño o actividad, cumpla con sus deberes de cumplimiento.
Será necesario que se establezca una estrecha conexión entre las distintas áreas de la sociedad y de las relaciones con terceros para que el cumplimiento sea eficaz, no cabe la menor duda. Pero es a partir de esta cultura de cumplimiento, cuando todos los integrantes de la sociedad y todo aquel que se relacione con ella, acepten la necesidad de establecer la diligencia debida en el desarrollo de sus actividades para cumplir con todas las exigencias que le son aplicables.
Sistema de Compliance en la sociedad
Entendido esto, que no es cuestión baladí, la integración de un sistema de Compliance en una sociedad será más fácil, puesto que todos actuarán acorde con esta cultura, permitiendo reducir los riesgos a los que se pueden ver expuesta la sociedad.
Extendiéndose como ramificaciones a todos los aspectos de la sociedad que son competencia de la figura de Compliance, haciendo posible que el cumplimiento sea una labor cotidiana dentro de las distintas funciones que lleven a cabo.
Como consecuencia, dará lugar a la elaboración, adaptación y ejecución de un modelo de organización y gestión que incluya medidas de vigilancia y control idóneas para prevenir delitos, así como para prevenir cualquier tipo de incumplimiento que no sea el penal y afecte a la empresa.
En resumen, podríamos decir que, un sistema de Compliance es el engranaje preciso para que una empresa actúe conforme a las normas y criterios preestablecidos que le son de aplicación en sus diferentes áreas de actuación, atendiendo a cualquier riesgo de incumplimiento, afrontándolo y superándolo. Todo ello teniendo como objetivo último alcanzar las metas establecidas por la empresa, asegurando su continuidad a largo plazo.
Careciendo de un sistema apropiado e idóneo de cumplimiento, una sociedad podría llevar a cabo sus funciones de una forma correcta. Pero ante cualquier tipo de conflicto o problema, lo más seguro es que vagara a la deriva en un océano de riesgos, sin saber ni encontrar una solución y encaminándola de una forma inexorable al naufragio.
Miguel Crespo Toledo, alumno del Master en Compliance de IMF Business School.
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