Según Hans Selye: “El estrés es una respuesta no específica del organismo ante cualquier demanda que se le imponga”. Dicha respuesta puede ser de tipo psicológica (mental) o fisiológica (física/orgánica). En la literatura
científica, se especifica que el estrés implica cualquier factor que actúe internamente o externamente al cual se hace difícil adaptar y que induce un aumento en el esfuerzo por parte de la persona para mantener un estado de equilibrio dentro de él mismo y con su ambiente externo.
El estrés se caracteriza por una respuesta subjetiva hacia lo que está ocurriendo; en este sentido el estrés es el estado mental interno de tensión o excitación. Es el proceso de manejo interpretativo, emotivo y defensivo del estrés que ocurre dentro de la persona.
El concepto de estrés describe una reacción física del cuerpo hacia una demanda o a una intrusión perjudicial. Además, puede significar pruebas a que un organismo vivo se ve sometido por parte de su entorno (ambiente); la respuesta del organismo a esas pruebas.
El Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo, define estrés laboral como “la respuesta fisiológica, psicológica y de comportamiento de un individuo que intenta adaptarse y ajustarse a presiones internas y externas”.
El estrés laboral aparece cuando se presenta un desajuste entre la persona, el puesto de trabajo y la propia organización.
Actualmente estamos atravesando uno de esos momentos de desajuste, pues la mayoría de nosotros, en algún momento, hemos sentido que nuestro puesto de trabajo pende de un hilo, y los que aún no lo hemos sentido, seguro que pensamos ¿cuando nos llegará el momento de temer por nuestro futuro laboral?
Os dejo un enlace en el que podéis acceder a una noticia sobre la influencia de la crisis conómica en la generación de estrés laboral.
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