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Los incentivos herramienta clave de mejora de la productividad

Incentivo se puede definir como aquello que nos mueve a desear o hacer algo. Este carácter motivador hace que sean necesarios para estimular y motivar a los colaboradores en nuestras organizaciones. Un programa efectivo de incentivos incrementa la productividad, mejora el rendimiento de los trabajadores o colaboradores, reducen el absentismo, mejora el clima laboral etc.

Incentivos de carácter no económico

Los incentivos no son sólo de carácter económico, existen otros tipos de incentivos de carácter no económico que actualmente están siendo claves para la atracción y retención del talento, entre estos podemos distinguir:

  • Reconocimientos: un simple reconocimiento informal y el agradecimiento verbal es muy motivante. Se debe realizar con mayor frecuencia, de forma natural. Con esto se consigue alentar el esfuerzo diario del equipo, y crea un clima positivo y productivo.
  • Formación: Obtener formación en la empresa para muchos trabajadores es algo totalmente necesario para su desarrollo no sólo profesional sino personal.
  • Horario flexible: Los horarios flexibles y la posibilidad de jornadas de teletrabajo dan la oportunidad al trabajador de organizar su propio horario, promoviendo la conciliación de la vida familiar y personal y la vida laboral.
  • Tiempo libre extra: Tener días libres o aumentar el algún día más las vacaciones suele ser motivador en aquellos trabajos de largas jornadas y poco tiempo de ocio.
  • Otros incentivos: Viajes, excursiones, sesiones de masajes, comidas, actividades de aventura, pueden ser incentivos que no sólo motivan sino que ayudan a la cohesión de los equipos de trabajo.
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Incentivos económicos

Los incentivos económicos son esenciales para ayudar a alcanzar los objetivos propuestos, entre estos se pueden distinguir:

Incentivos variables a corto plazo:  Su función es orientar a los trabajadores hacia la consecución de objetivos determinados, premiando, generalmente, desempeños individuales. se debe considerar los siguientes aspectos:

  • Relacionar el esquema de incentivos con el plan de negocio: refuerza los objetivos empresariales y muestra que el sistema de incentivos no es un ejercicio teórico separado del desarrollo real del negocio.
  • Simplificar el sistema: establecer objetivos específicos y limitar su número (por ejemplo, margen bruto, ventas, unidades producidas, etc.).
  • Integrar esfuerzos: los objetivos de las distintas áreas o grupos de empleados deben integrarse en el conjunto de incentivos de la empresa.
  • Cuantificar el incentivo, de forma que resulte motivante para que el trabajador se esfuerce en conseguirlo. Puede ser un porcentaje del salario fijo, un porcentaje sobre la facturación de la empresa, una cantidad predeterminada, etc.

Incentivos variables

Incentivos variables a largo plazo: Estos incentivos pretenden vincular al empleado con los resultados de la empresa durante un período determinado, superior a un año, favoreciendo la planificación del negocio más allá del corto plazo e incentivando la retención de la persona en la organización.

Este tipo de retribución contribuye a que la organización establezca metas concretas y, por tanto, está muy vinculada con los objetivos estratégicos de la organización. La empresa comparte con los empleados los éxitos alcanzados, es decir, retribuye a determinados trabajadores por su grado de contribución a la consecución de objetivos definidos como estratégicos.

Existen distintas alternativas de incentivos a medio/largo plazo, pero las más difundidas son las stock options (opciones sobre acciones) y los bonos plurianuales.

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Retribución en especie

Retribución en especie: Esta modalidad favorece el uso y disfrute por parte del empleado de bienes o servicios aportados por la empresa. Como características principales destacan:

  • Implica beneficios fiscales.
  • Mejora la calidad de vida del trabajador.
  • Aumenta el vínculo del trabajador con la empresa, su fidelización.
  • Flexibiliza la retribución.

En los últimos años se ha asistido a un notable incremento en el uso de la retribución en especie como elemento retributivo no dinerario. Esta práctica intenta facilitar un estilo de vida atractivo a los empleados, reforzando su identificación y compromiso con la organización.

Os invito a leer un post anterior sobre la retribución en especie: El salario en especie; retribución flexible. 

Por último, hay que tener en cuenta que un buen plan de incentivos debe cumplir con los siguientes requisitos:

  • Debe ser comprendido por todos los trabajadores.
  • Debe motivar a mejorar el rendimiento y la productividad.
  • Deben ser integradores haciendo que los trabajadores se sientan parte importante de la organización.
  • Deben ser una herramienta clave de atracción y retención del talento.

 

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Tutora y docente de postgrado de Recursos Humanos en IMF Business School. Licenciada en Ciencias Políticas y Sociología en la especialidad en sociolaborales. Actualmente dirige su propia consultoría de gestión y aprendizaje en Recursos Humanos y Laboral.

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