Como ya hemos señalado en otras entradas, el cambio de la nueva norma ISO 9001:2015 respecto a la anterior versión no se traduce en un montón de nuevos requisitos, sino que se trata más de un cambio de enfoque.
Este cambio de enfoque está muy relacionado con el contexto. Por ello, donde antes se hablaba de gestión de compras, ahora la norma habla de productos y servicios suministrados externamente. Realmente, no existe un cambio significativo en cuanto a requisitos, pero sí en cuanto al enfoque del papel que los proveedores tienen en la cadena de valor.
De hecho, se le otorga más importancia: reflejada en el título y en el texto en el que se explican conceptos, y se matizan requisitos.
Desde un punto de vista práctico, podemos distinguir dos conjuntos de actividades: Selección y Evaluación.
Selección del proveedor en la ISO 9001:2015
Ambas deberían ser los requisitos mínimos que tendrían las siguientes actividades:
- Identificar lo que necesitamos contratar externamente; tanto productos como servicios
- Definir y comunicar los requisitos y valores que nuestra organización busca para cada producto/servicio suministrado externamente
- Definir también, si fuera necesario, cómo se va a validar al proveedor en cuestión, y cómo se va a verificar que lo que hemos contratado es lo que nos han dado.
- Definir cuáles son los que más capacidad tienen de afectarnos como organización. En función de esa capacidad, tendremos proveedores que afectan a nuestros procesos operativos, y otros a procesos de soporte y menos estratégicos.
- Los proveedores se seleccionan si cumplen los requisitos de validación previamente definidos, pudiendo establecer un periodo de prueba en el que se revise su rendimiento y cumplimiento de manera detallada.
Todas estas actividades corresponden al proceso de selección, es decir, lo que responde a la pregunta ¿qué tienen que cumplir para que empiece a trabajar con ellos?.
Evaluación del proveedor en la ISO 9001:2015
La siguiente parte sería la evaluación contínua, de manera que podemos controlar la calidad de los productos y servicios. Esta evaluación se llevará a cabo tendiendo en cuenta dos aspectos:
- Cumplimiento de los requisitos previamente establecidos
- Incidencias ocurridas, costes de no calidad
También podríamos considerar el precio como un elemento de referencia, ya que siempre le exigiremos más a un proveedor caro que a uno barato.
En resumen, se trata de identificar lo que necesitamos, definir detalles, y metodologías para establecer un control que nos permita evaluar y mejorar. Si no establecemos un criterio, y una metodología, no seremos capaces de poder evaluar (a tiempo) a nuestros proveedores, especialmente aquellos que son estratégicos.
Gabriel Sansinenea, Director del Trescore Proyectos Consultora EFQM
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