Ecología e Informática: ideas para un uso más responsable con el Medio Ambiente

Cada vez somos más conscientes del impacto ambiental de nuestros hábitos de consumo y tendemos a utilizar bombillas de ahorro energético y electrodomésticos de clase A, separamos la basura en diferentes cubos para su reciclaje, reducimos la velocidad del coche para generar menos contaminantes, adelantamos y atrasamos una hora el reloj para optimizar el consumo energético… pero ¿qué ocurre con nuestros ordenadores de sobremesa, portátiles, minis, tabletas medianas y pequeñas, libros electrónicos…?

La cantidad y variedad de aparatos informáticos presentes en nuestros hogares es cada vez mayor. En consecuencia, el consumo energético y la huella ambiental asociada a la informática del hogar son, también, cada vez mayores. Sin embargo, es posible dar un uso más ecológico a estos aparatos. Utilizarlos de una forma inteligente y respetuosa con el Medio Ambiente no sólo contribuye a alargar su vida útil, sino también a ahorrar dinero.

Aunque los ordenadores y dispositivos electrónicos disponibles que se centran en lo ecológico todavía son pocos, y más bien testimoniales, constituyen la respuesta a una concienciación medioambiental cada vez más alta de los consumidores. Por otro lado, también hay cada vez más periféricos que se fijan en “lo verde”, como cargadores solares y componentes con materiales biodegradables.

A continuación repasamos cinco consejos que podemos seguir para dar un uso más ecológico a nuestros ordenadores y dispositivos electrónicos:

1. Elegir el ordenador o dispositivo mas conveniente para nuestras necesidades.

Antes de elegir entre la gran cantidad de modelos disponibles en el mercado, conviene conocer para qué sirven y cuáles son sus especificaciones. Así, elegiremos el que mejor se adapte a nuestras necesidades. Para esto tendremos en cuenta cuánto tiempo y dónde se usará, qué tipo de aplicaciones se necesitan, etc. Si no tenemos esto en cuenta, puede ocurrir que acabe perdido en un rincón y apenas lo usemos o que se empleen demasiados recursos cuando no era necesario. Por ejemplo, para un uso doméstico y de ocio puntual, una tableta será suficiente. En el caso de un uso profesional continuado, la mejor opción será uno de escritorio. Es nuestra responsabilidad escoger la opción que mejor se adapte para cada persona.

2. Ahorro y eficiencia energética.

Podemos comprar un magnífico ordenador o dispositivo que haya pasado todos los controles de eficiencia energética, tenga mil certificados de calidad y otras tantas pegatinas que empiecen por “eco”, que, si no hacemos un uso con mentalidad de ahorro, tanta tecnología no servirá para nada. Por ejemplo, los ordenadores portátiles consumen menos energía que los de sobremesa y las tabletas menos que los portátiles. Existen muchos ejemplos de hábitos muy recomendables para hacer un uso más ecológico de nuestros dispositivos, para gastar menos electricidad, tinta y papel.

Los modelos con la mayor eficiencia energética suponen importantes ahorros en el consumo eléctrico. Además de ser positivo para el bolsillo, también lo es para el medio ambiente. Por eso es importante tener en cuenta el tipo de microprocesador, las tarjetas gráficas y el tipo de monitor que utilicemos.

3. Consulta de etiquetas e informes ambientales.

El etiquetado de los ordenadores y dispositivos nos ofrece una información muy importante a la hora de decidirse por el modelo más ecológico. Materiales utilizados en su fabricación (algunos son más contaminantes que otros), su posible reciclaje posterior, etiquetado ambiental, como la EPEAT (con tres categorías, oro, plata y bronce) o la Energy Star, o saber la política medioambiental del fabricante son ejemplos de esta información. Los informes ambientales también son de ayuda. La organización ecologista Greenpeace publica desde hace varios años diversos informes que evalúan el comportamiento medioambiental de los principales fabricantes de ordenadores, tabletas y teléfonos móviles, como la Guía para una electrónica más verde o la Encuesta de electrónica verde.

4. Reutilizar cuando sea posible.

Conseguir alargar la vida de nuestro ordenador o dispositivo supone ahorrar dinero y generar menos residuos y un menor consumo de recursos naturales. Si se actualizan ciertos componentes, como la memoria RAM, o se añade más disco duro, se logrará que dure más tiempo. Otras opciones son regalárselo a un amigo o familiar que no necesite un ordenador demasiado potente o donar el equipo a entidades que los redistribuirán, después de una puesta a punto, a través de iniciativas como Sisoscat y Telecomunicaciones Solidarias o sistemas como Clickyrecicla, que ofrece la posibilidad de recoger diversos componentes informáticos para reutilizarlos y ganar dinero a cambio.

5. Reciclar cuando dejen de funcionar.

Si nuestro ordenador o dispositivo ya no funciona, el siguiente paso debería ser su reciclado. Para ello hay dos opciones. Si no se va a comprar un nuevo aparato, se puede depositar en el punto limpio más cercano. La Fundación Ecolec los localiza en un mapa y además podemos consultar la información que nos ofrece en relación con éste y otros temas de interés. Pero si se compra un nuevo aparato, la tienda debe hacerse cargo gratuitamente del antiguo.

Por Daniel Muñoz