En un mercado tan competitivo, donde la calidad de los productos y servicios ofrecidos y el grado de cualificación y especialización de los distintos profesionales es sobresaliente. Se antoja fundamental el elemento diferenciador, aquel que permita alcanzar el éxito de la empresa. Aquello que el reputado economista e investigador norteamericano Michael Porter lo llamó ventaja competitiva ya hace más de 3 décadas. Momento en el que publicó su libro más famoso con ese mismo título allá por el año 1985, desde el cual tuvo tanto éxito la teoría expuesta en sus páginas que se convirtió directamente en best seller.
La definición de Michael Porter
Porter es toda una autoridad en el mundo de las finanzas, especialmente en el área de estrategia empresarial y, más concretamente, en el de la cadena de valor. Esa que permite cómo encontrar y desarrollar la ventaja competitiva siempre con una mirada en la que la responsabilidad social corporativa es también protagonista.
Pese a los años que han transcurrido desde que Porter hacer referencia por primera vez el término ventaja competitiva. Éste término sigue vigente, debido a que ésta es seguramente la llave del éxito para cualquier compañía. Por lo que se ha convertido en una pieza fundamental del puzzle, que tratan de construir aquellos que deben tomar las decisiones trascendentales en las corporaciones.
Se trata de un término, el introducido por Porter, muy relacionado con el concepto de valor. Entendido no siempre éste por intentar ofrecer el mejor servicio o producto posible del mercado. Sino, como aquello que de verdad garantiza rentabilidad gracias a que permite superar al resto de empresas que pelean en el mismo campo al reunir más atributos para ello.
El caso IKEA
Esto es algo que explica muy bien Harvard Business School en el caso específico de IKEA. Esta archifamosa cadena de tiendas de soluciones para el hogar. La empresa de origen sueca no optó por ofrecer productos topes de gama en cuanto a calidades, sino que se centró en potenciar una idea global que traspasara incluso su producto final. IKEA se centró, en definitiva, en ser diferente, ocupando un espacio vacante dentro de su nicho empresarial. Y lo hizo entendiendo qué era lo que sus rivales no hacían. Ahora, décadas después, muchos le copian, y muy pocos fabricantes de muebles y complementos para el hogar pueden ni siquiera toserles cerca en lo que a facturación se refiere.
Evidente, ni IKEA ni ningún otro gigante empresarial que sea ejemplo de cómo alcanzar el éxito, explotando sus ventajas competitivas han llegado al lugar que ocupan por casualidad. Detectar los puntos diferenciales requiere de profundos análisis de mercado y de la competencia. También requiere analizar la actitud de los compradores por otro. Y, por si fuera poco, no basta con hacerlo de entrada solamente, porque el éxito empresarial se mide realmente a medio y largo plazo. Ya que lo difícil para cualquier compañía que quiere crecer es la capacidad para afianzar unas bases sólidas sobre las que seguir creciendo.
Formas de enfocar la búsqueda de la ventaja competitiva
En general, existen diferentes formas de enfocar la búsqueda de la ventaja competitiva, las cuales pueden entenderse mejor con ejemplos concretos como el que ya hemos citado de IKEA.
Historia y tradición de marca
Por ejemplo, hay una dirección que apunta a la fortaleza de la marca. Algo muy de moda hoy en día en diferentes sectores, cuya fortaleza debe construirse sobre la fuerza de su historia y de su tradición. Y es posteriormente sobre la cual se implementa la innovación necesaria en los tiempos que corren.
Costes e innovación como ventaja competitiva
Otros caminos que también pueden encontrar la salida del laberinto atienden a los costes. Trazando una política atractiva de precios. Un gran ejemplo es la empresa textil Primark, aunque ésta no sea su única ventaja competitiva. Por otro lado, encontramos la vía de la innovación. Que es precisamente una de las que explotó en su idea IKEA. La empresa decidió que podría ser más competitiva si entregaba sus productos sin montar: buscando explotar la ventaja competitiva de los precios baratos encontró otra más a base de creatividad. Apple, sin duda alguna, es otro ejemplo perfecto, ya que siempre se ha distinguido por presentar antes que nadie las innovaciones tecnológicas que han supuesto toda una revolución en el mundo de las comunicaciones.
Proveedores y producto final, como diferenciadores
Un cuarto lugar en el que analizar en busca de la ventaja competitiva es mejorar al máximo tu producto final. Esto debe hacerse atendiendo a todos y cada uno de los detalles del proceso que se genera antes de ponerlo en manos del cliente. Lo importante en estos casos es no fallar a la confianza que este tipo de empresas han ido construyendo en sus clientes. Cualquier parte del proceso importa para alcanzar el éxito. Uno de los puntos fundamentales para este tipo de ventaja competitiva es el acierto con la elección de los proveedores, que ya de por sí es otra ventaja competitiva, al tratarse de un factor decisivo.
La adaptabilidad es otro elemento que puede llevar a una compañía a explotar su ventaja competitiva. Se trata, de hecho, de una característica que cada día que pasa tiene más valor en el mundo de la empresa, porque el mercado es muy volátil y muy cambiante.
La comunicación como clave
En cualquier caso, todos los ejemplos puestos y cualquier otro que nos venga a la cabeza de los miles que hay en el mundo, tienen siempre una de su patas explotada a las mil maravillas: la comunicación. Desde Apple a Zara pasando por McDonalds o la propia IKEA son maestros de la comunicación. Lo más curioso es que ninguno ejerce una política de información y comunicación similar a otro. Ellos han ido encontrando su ventaja competitiva también en este aspecto. ¿O es que no hay mejor publicidad para Zara que el hecho de que sea noticia que no invierte ni un solo euro en publicidad en medios de comunicación?
Por supuesto, el éxito de este tipo de gigantes no se debe a una única ventaja competitiva. Sino, han conseguido generar una cadena de valor en el que todos los elementos se van retroalimentando. Para ello, han hecho un trabajo desde la base. En sus orígenes bucearon en busca de sus fortalezas y han desarrollado una fase de investigación y análisis ardua y exhaustiva. La combinación de ambas cosas, más el acierto de su capital humano a la hora de interpretar la información reunida para elaborar el mejor plan de gestión estratégica posible. Es lo que finalmente le ha catapultado al éxito global.
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