Según el Informe GEM (Global Entrepreneurship Monitor) España 2013, emprender en España sigue siendo una actividad masculina, se puede afirmar que el perfil de quien es “hombre, de 36 años, con estudios profesionales superiores o universitarios, que ha recibido formación específica para emprender y con un nivel de renta alto”.
Algunos datos
Como podemos apreciar en el siguiente gráfico, la actividad empresarial de las mujeres, durante 2013, es menor en cualquiera de los items analizados. Hay que destacar que es en el potencial emprendedor donde la diferencia entre sexos es menor, 45,4% para las mujeres frente al 54,6% de hombres. La diferencia se agranda si analizamos la consolidación naciente, 38,9%, frente al 61,1%, y en cuanto al abandono es superior en los hombres, 65,9% frente al 34,1%.

Entre los problemas detectados por el Plan Estratégico de Igualdad de Oportunidades 2014-2016, se señala la baja tasa de actividad empresarial de las mujeres. En 2011 la tasa de actividad empresarial de los hombres era de un 19,2% frente al 11,2% de las mujeres, en 2013 fue del 21,4% en el caso de los hombres frente al 12,4 % de las mujeres. Por ello, contempla entre sus objetivos: Mejorar la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres en el acceso, permanencia y condiciones de trabajo en el mercado laboral, y en el emprendimiento.
Según el estudio “Formación profesional de las mujeres y nuevos yacimientos de empleo”, las mujeres tienen mayor presencia en las empresas de servicios y turismo y son minoría en las empresas TIC y en la economía verde. La situación se iguala en los sectores de investigación y audiovisual.
Según indica el Observatorio Estatal de la Igualdad en el Emprendimiento 2011, el 40% de las mujeres y el 51% de los hombres ven en el emprendimiento una oportunidad, quienes emprenden por necesidad son el 35% de las mujeres frente al 37% de los hombres.

Algunas conclusiones
Las mujeres tienen de partida el mismo espíritu emprendedor que los hombres, sin embargo, emprenden menos y cuando deciden emprender lo hacen en el sector servicios, especialmente en empresas relacionadas con los cuidados, actividad claramente feminizada y bajo la forma jurídica de persona física, es decir, empresas unipersonales o sin asalariadas/os. Son muchas las mujeres que al encontrarse con problemas para compatibilizar empleo y familia, optan a menudo por el autoempleo como solución.
El nivel formativo de las mujeres es igual o superior al de los hombres, por lo que la explicación más plausible del bajo nivel de emprendimiento femenino es que los estereotipos y roles de género influyen en la toma de decisiones. Lo que hace imprescindible medidas para potenciar la corresponsabilidad y para lograr la igualdad de oportunidades.
Por Ángeles Briñón
Licenciada en Sociología, experta en Igualdad de Género y Formadora.
Escribe sobre estos temas en su blog Igualdad y Conciliación.


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