Como en una carrera de fondo tras muchos kilómetros en las piernas y habiendo sufrido algún que otro muro en el camino (el muro en el corredor consiste en un desfallecimiento tanto físico como psicológico en algún momento de la carrera), hemos llegado al destino y ya podemos decir:
Habemus gobierno!!!!
Tras esta afirmación la gente de RRHH llevamos días contestando a la misma pregunta.
¿Y ahora qué? ¿Qué nos espera en el empleo?
Pues ahora es el momento de la reconciliación. La reconciliación con los empleos de calidad y la reconciliación con el aumento del poder adquisitivo de nuestros salarios.
Durante estos 10 meses de negociaciones e incertidumbres el mercado y la sociedad han dado un ejemplo brillante a nuestra élite política. El consumo se ha mantenido a la alza y el mercado en crecimiento, lo cual, ha hecho que ahora podemos estar en una posición privilegiada para crecer en el empleo tanto en cantidad pero sobretodo en calidad. ¿Y cual debe ser la clave de este crecimiento? Incentivar el consumo.
Mejorar el poder adquisitivo
La tendencia debería estar encaminada a mejorar el poder adquisitivo de manera que este superhabit repercutiera en el consumo, en la generación de riqueza. Con ello se llevaría a colaborar en la reducción de los niveles de desempleo, elevar la calidad del trabajo y de los salarios y por cantidad de consumo, el beneficio de la empresa.
También es necesario en este sentido, que las políticas a implementar en el campo laboral faciliten la elevación de la productividad del trabajo.
Facilitar el crecimiento de la productividad
Una faceta de la política laboral de los últimos años ha sido la de compensar el elevado costo laboral provocan o facilitan una mayor precarización de la relación laboral y/o implican una disminución de los beneficios monetarios y no monetarios indirectos. El modificar esta tendencia no sólo es funcional al objetivo de mejorar el bienestar de los trabajadores sino también al de facilitar el crecimiento de la productividad. Es importante que abarate el empleo, lo cual no es lo mismo a que se abarate el despido. Hacer más económica la contratación y que esto pueda redundar de un modo equitativo en beneficio empresarial y salario del trabajador sería una interesante medida de crecer en positivo. Y ahora la pregunta sería ¿Y como cubrimos lo que el estado deja de ingresar en las arcas de la seguridad social? y la respuesta es clara: Consumo, consumo, consumo.
El empleo como una política madura
Quizá algún día llegue el momento en que la relación del empleado y el empleador pueda basarse únicamente en una relación de necesidades satisfechas donde las empresas contratan a la gente para realizar un trabajo que “no saben, no quieren o no pueden hacer” y por ello remuneran de un modo equitativo y competitivo para que el trabajador puede ascender en la pirámide de Maslow saboreando todos sus escalones y reinventar en el mercado generando un consumo que le permita crecer y haga crecer. Quizá ya podamos empezar a tratar el empleo como una política madura que por medio de la generación de riqueza pueda crecer y olvidarnos de proteccionismos infantiles para dejar al estado como un mero notario garante de permitir el acuerdo por necesidad.
Responsable selección HR-Consulting.


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