¿Qué quieres ser de mayor? Así no descubrirás tu propósito

Ser capaz de responder a esa pregunta para identificar de pequeños, nuestro propósito en la vida es ciertamente algo ambicioso. Muchas de las personas que se dedican ahora a los Recursos Humanos quizás lo tenían claro, otras no tenían ni idea, y muchas tenían un lío total. Esa pregunta tiene mucha miga y voy a intentar trasladarte el impacto que puede tener en una persona, cuando aún no sabe qué le depara el futuro.

Encontrar nuestro propósito

Cuando hablas con un niño o una niña y le preguntas qué quiere ser de mayor, no hay mayor interés que echarte unas risas. Da igual lo que responda, porque lo importante no es su respuesta. De hecho, puede que en un futuro siga creyendo eso y haya hecho lo necesario por conseguirlo, pero lo más probable es que no coincida. Así que en esa fase puede ser divertido, pero sin mayores consecuencias. Las respuestas seguramente serán profesiones o sueños de niños con aspiraciones de funciones que llevan a cabo sus héroes y heroínas.

Cuando toca decidir qué formación escogemos

Pero ¿qué pasa cuando nuestro propósito parece estar diseñado con una única decisión? Esa inocente pregunta en la etapa de pre adolescencia y adolescencia en una presión para todos aquellos que no han descubierto una clara vocación.

Te aconsejan que te formes en aquello que más dinero te va a aportar. Otros te dicen que no hagas nada que no te apasione. Se trata al parecer de un momento clave y se genera un tiempo de estrés para el que recibe la pregunta. Muchas veces se hace para conocer los posibles deseos de la persona, los intereses y las motivaciones profesionales. Hay que entender el momento en el que a un adolescente se le pide que tome grandes decisiones.

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Propósitos en tiempos VUCA

Tener que decidir a qué te vas a dedicar toda tu vida en tiempos como el que estamos viviendo, es ciertamente absurdo. De hecho, el propósito es algo global que nos mueve y nos hace enfocarnos. Tener claros nuestros valores, nuestra forma de vida, aquello que nos hace ser buenos y con lo realmente disfrutamos. Es el hecho de convertir lo que para unos podría ser un hobbie en tu profesión.

Una de las cosas que más relaja a quien escucha esa pregunta, es saber que no tiene por qué haber una única cosa a la que te puedas dedicar. No solo no tiene por qué haber solo una, sino que puedes ir cambiando de profesión. Tu propósito si lo encuentras, estará asociado a todas ellas, es más, puede que seas una persona con multitud de intereses, y eso te lleve a varias cosas interesantes.

Aprendizaje constante

No importa que tengas claro lo que quieres ser o no. La formación es algo básico no solo para aprender y adquirir nuevos conocimientos, sino que nos ayuda a seguir desarrollando habilidades. Competencias como la adaptabilidad, la memoria, la resiliencia o la gestión del tiempo son muy valoradas, y podemos trabajarlas con el aprendizaje constante.

De hecho, el no dejar de aprender, es algo que nos facilita la reinvención si llega el caso. Uno puede tener claro su propósito, pero en función de la etapa de la vida que vivas, tus salidas profesionales pueden ser diferentes. Y cuanto más te formes, más opciones tendrás en cualquier circunstancia. Ya no solo por las posibles dificultades a las que podamos enfrentarnos, sino porque tendrás más opciones de destacar.

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Necesidades cambiantes

El entorno no deja de transformarse. Mucho más ahora en estos tiempos de COVID-19. Si el año pasado hablábamos de cambio y de que es algo instalado, este año se ha hecho más palpable que nunca. Las necesidades de la sociedad, de las organizaciones, de cada persona se vieron completamente cambiadas en un fin de semana.

Cuánto más entiendas qué está sucediendo fuera y más puntos de conexión haya contigo, más posibilidades de encontrar esos propósitos de vida. No solo conectarás con el entorno, sino que te darás cuenta de lo que eres capaz.

Opciones de reinventar tu propósito

No hay que confundir el propósito con las profesiones que uno escoja. Hay quien sabe que va a ser médico o abogado desde siempre y enfoca toda su formación y esfuerzo a conseguirlo. Pero como muchos niños y niñas, posiblemente no haya sido tu caso. Si es así, las opciones de que tu propósito aparezca pronto depende de tu curiosidad, de cuánto investigues, preguntes y te muevas para descubrir tus intereses.

Decía Mafalda, que no leer es muy peligroso, pues te obliga a creer lo que otros te digan. Te recomiendo que, si no has descubierto tu propósito, no te metas presión. Llega cuando llega, eso sí, igual que a Picasso la inspiración siempre le pillaba trabajando, no esperes que el propósito te llegue sin haber leído. Es posible que te des cuenta un día que estás donde otros te pusieron.

Decidas lo que decidas, estará bien. Siempre que seas tú quien lo decida. Y aunque de pequeños no supimos lo que íbamos a ser de mayores, nuestro camino siempre tiene que ir hacia el crecimiento y descubrimiento del mismo para poder dar sentido a nuestro talento.

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Especialista en Employer Branding y asesora de Gestión del Talento en las empresas. Apasionada de la comunicación, las personas y cómo potenciar sus habilidades. Su objetivo es conectar a las personas en su entorno de trabajo.

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