Mucho hablamos en Recursos Humanos del talento, de cómo atraerlo y de cómo fidelizarlo. Pero nada se dice sobre cómo gestionar cuando éste sale de la compañía. El outplacement es una de las herramientas de las que disponemos para ayudar a los trabajadores en su salida.
Cuando hay que decir adiós
Las empresas deben acostumbrarse a que esto de tener empleados es una relación más en la vida. Y como tal, puede durar o no. Esto es como una relación de pareja, así que, aunque la idea es que ambas partes quieran que dure cuanto más mejor, puede no ser así. Y debemos tratar de que nuestras despedidas sean de la mejor manera posible.
La ruptura en una relación nunca es fácil, siendo esta voluntaria o involuntaria. Siempre hay cosas que dejar atrás y hay que tomar decisiones que duelen. Pero debemos aceptar que hoy en día cada vez más, el talento entiende que lo que hoy motiva, puede que mañana no. Lo de la desvinculación debe estar encima de la mesa como parte de la vida del empleado en la organización.
Las salidas decididas por la empresa, pueden ser por despido, porque el contrato ha finalizado o porque se produce un ERE o reestructuración. Lo interesante es ver ese adiós no como una decisión de un día para otro.
¿Qué es el outplacement?
El outplacement es una técnica que consiste en acompañar a la persona que sale de la empresa de una forma cercana, humana y siguiendo un proceso marcado.
Se trata de que la empresa por un lado no ve la salida como algo que se tenga que ocultar, se comunica, se hace con la cercanía que requiere y haciendo que la experiencia de esa persona sea lo mejor posible. El proceso implica salida, acompañamiento y asesoramiento para incorporarse en una nueva compañía.
La estrategia de Employer Branding de la compañía debe abarcar desde el primer contacto entre ambas partes hasta su total desvinculación. Por eso este punto es tan importante. Se trata de uno de los MOT (Moments of Truth), es decir aquellos instantes que realmente marcan la experiencia de la persona en su viaje por la empresa.
Cuidar esos detalles marcan la diferencia. De no ser así, perdemos una gran oportunidad de que la persona se sienta vinculada a nuestra firma. De hecho, su salida es el último recuerdo que se llevará y le marcará para sentirse bien o mal en su relación con la compañía.
El outplacement como ves, beneficia a ambas partes. Por un lado, al que va a ser exempleado y por otro, a la organización. En este último caso, no solo ganamos en imagen de marca si no que hacemos que internamente haya una fuerte y transparente comunicación con todo lo que sucede. Además, hacemos que las personas que participen de esa salida estén más acompañadas también y eliminamos la tensión que supone comunicar una salida.
¿En qué consiste la técnica de outplacement?
Cuando una empresa finaliza la relación con un trabajador, éste puede emprender o buscar un nuevo trabajo por cuenta ajena.
El outplacement sirve para ayudar a la persona en su proceso de recolocación. Esto suele suceder cuando en la empresa sufre un ERE, una fusión y se encuentra con diferentes profesionales a los que tiene que decir adiós. En este caso se ayuda a las personas en su reincorporación profesional al mercado laboral mediante una ayuda personalizada para asesorarles y darles las herramientas necesarias en el proceso.
Se trata de facilitar a estos profesionales que no se queden estancados, tras un difícil proceso de salida de la empresa. Estos despidos no son por una causa directamente relacionada con la persona, así que se trata de dotarles de nuevas oportunidades laborales. En muchas ocasiones llevan años en la empresa y es un proceso duro volver al mercado laboral. La idea es que la persona permanezca sin trabajo el menor tiempo posible.
El despido es algo complejo y traumático para la persona que lo vive, por lo que hay que ayudarla en su proceso de asimilar la nueva situación, de acompañarle y de orientarle. Es importante generar un clima de confianza y empatía para facilitar la relación. Hay que dar apoyo emocional y formarle en técnicas de búsqueda de empleo y ayudarle en la posible nueva incorporación.
Se le ha de comunicar los pasos a seguir, el objetivo que vamos a marcarnos y se trabaja con la persona todo aquello que puede poner en valor y lo que puede mejorar. Un proceso de autoconocimiento para detectar fortalezas y oportunidades. Se pueden poner en conocimiento aquellas formaciones que pueden ayudarle en el camino y se le asesora para que se enfoque hacia aquellas organizaciones que puedan encajar con la persona. Se hace un seguimiento de la integración del profesional en el nuevo proyecto.
Así que ten en cuenta el outplacement como técnica interesante para poder decir adiós a algunos de tus empleados, si es que llega el momento de hacerlo. Mejoras tu relación con ellos, tu imagen de marca y les ayudas en su camino profesional.
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