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Entorno tóxico, cómo combatirlo o decidir que es hora de cambiar

Cuando llevas mucho tiempo en un entorno tóxico, pueden pasar 2 cosas. O eres consciente de ello o te ha absorbido de tal forma, que no te das ni cuenta. Dentro de las organizaciones, Recursos Humanos debe enfocarse, entre otras cosas, en hacer que el entorno sea un lugar de bienestar libre de toxicidad. Pero si te has dado cuenta de que, puede que te halles en uno que no te ayuda, te animo a que sigas leyendo para ver cómo combatirlo o darte cuenta de que, quizás es hora de salir de ahí.

Nuestro tiempo de trabajo, de calidad

No siempre es fácil determinar si estamos en un entorno tóxico porque no somos conscientes de ello hasta que estamos realmente tocados. Desgraciadamente este momento a veces llega tras mucho tiempo metido en esa espiral, meses o años. Nos pasamos gran parte de nuestro tiempo en el trabajo, así que es importante que puedas identificar con algunos signos, si estás en uno de ellos, para ver qué puedes hacer.

Nos relacionamos con otras personas en la oficina, con nuestro equipo, con el jefe, etc. ¿Qué pasa cuando nos genera estrés o tensión? Casi 1 de cada 5 personas ha dejado su trabajo en los últimos 5 años a causa de un entorno tóxico según un estudio de la Society for Human Resource Management.

La gran renuncia

Estados Unidos está sufriendo en el último año una gran estampida en las organizaciones por parte de muchos empleados. Cuando tras el confinamiento y el sufrimiento de la pandemia, las personas han vivido tantos cambios y se han cuestionado sus prioridades, muchas personas tratan de sobrevivir con los trabajos que les permiten sobrevivir. Pero en muchos casos, las bajas voluntarias están llegando a récords históricos.

Casi 4 millones de empleados se había registrado el pasado abril, que habían renunciado a su puesto de trabajo, la cifra más alta desde que se empezó a registrar este dato. Ya se le ha bautizado con el nombre de “la gran renuncia”. Esto ha pasado en Estados Unidos, pero puede llegar a más países. Casi la mitad de los trabajadores se están cuestionando dónde están trabajando y planteándose un cambio.

Los principales motivos que se han encontrado para salir de la empresa son el agotamiento laboral. Habiendo casi 6 millones de personas que se planteaban salir de su puesto en 2020, esto se paralizó con la pandemia. Esto generó que aguantaran en un lugar donde ya sabían que no querían estar.

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La falta de conciliación, la poca flexibilidad para compatibilizar vida personal y familiar con el trabajo es otro de los motivos. Nos hemos acostumbrado a escuchar el término “estoy quemado en mi trabajo”. El momento de despertar, de ser conscientes de lo que estamos viviendo, es lo que ha hecho que tantísimas personas decidan cambiar. Con el tiempo del confinamiento muchas personas se dieron cuentan de que no querían seguir en esa organización, que querían que su vida fuera diferente. Hemos vivido muchas situaciones, en las que la vida nos ha impactado, nos ha hecho replantear nuestros valores, principios o formas de vida. ¿Quieres estar más tiempo con tu jefe que con tu familia? ¿Te gusta el equipo con el que trabajas? ¿Tu trabajo es realmente importante para ti? ¿Lo que haces te hace sentir que brillas?

¿Cómo es un entorno tóxico?

Un entorno tóxico es en el que encontramos una cultura autoritaria, donde no hay respeto por la persona, donde la comunicación es deficiente y no existe la asertividad. Suele ser un entorno donde las emociones no son bien gestionadas y prima el miedo y la amenaza. No es fácil encontrar a personas con un elevado sentimiento de pertenencia en entornos tóxicos. Otro de los síntomas para reconocer este tipo de lugares, es la falta de motivación en las personas, no hay una implicación y suele haber conflictos y relaciones disfuncionales, niveles altos de estrés, absentismo y rotación.

Ante una situación así, no dan ganas de volver ¿verdad? Pero cuando desde fuera, se ve tan claro, ¿qué nos impide salir de la espiral? Como te decía, una de las claves es ser conscientes. Esto parece muy evidente, pero no lo es tanto, porque nos han enseñado a aceptar. Aceptar que los lunes son un rollo, que nuestro jefe y punto, que la empresa decide y hemos de acatar y que, al lugar de trabajo, no se viene ni a hacer amigos ni nos pagan por pensar. Es uno de los mayores errores que debemos romper de una vez.

Cómo combatir un entorno tóxico

Cada vez hay más consciencia sobre los beneficios de generar espacios que ayuden en el bienestar de las personas y su productividad. Siempre que tengas la oportunidad, debes buscar la salida de esa organización que no prioriza tu salud mental. De no ser así, la relación con la organización va a ir de mal en peor. Tu situación no va a cambiar y muy difícilmente vas a mejorar. Has de hacer un trabajo de aceptación que no siempre es fácil y eso implica conocerte muy bien y poner en marcha estrategias que te ayuden a aislarte mentalmente.

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Aunque hoy no puedas hacerlo, ten siempre ese objetivo en la mente. Así que te dejo algunas estrategias para combatir tu entorno tóxico, pero créeme, tu foco ha de ser buscar el aire fresco y sano que necesitas.

Tú tienes el poder

Sí, lo sé, suena a película y no siempre uno se lo puede creer. Pero es la realidad. Aunque no me creas. Una cosa es tener que pagar facturas y comer. Pero tienes el poder de diseñar qué quieres hacer y dónde. Tienes el poder de decidir con quiénes conectas más. Puedes definir cómo puedes hacer la salida en la empresa con los plazos que te marques. Quedarte sin hacer nada, es lo que hará que esta situación se perpetúe, porque lo que hagan los demás, no tiene que ver contigo. Lo que tú hagas sí. Te puedes quedar ahí todo el tiempo que se pueda, pero sé consciente y libre para decidirlo. Lo habrás decidido tú, no culpes al exterior.

Salir de ahí es algo que puedes ver difícil, pero estamos llenos de creencias limitantes hasta que empezamos a dar pasitos. Prueba a darlos y te darás cuenta. Si es necesario pide ayuda y podrás conocerte mejor para identificar dónde debes trabajar más para moverte hacia eso que quieres.

Tus valores, tu guía

Cuando tienes claro tus valores, tu propósito, tu camino y para qué haces lo que haces, todo cobra otro color. Eso nos ayuda en la motivación y en la implicación. Aun estando en un entorno tóxico, trata de identificar qué puedes hacer tú para alinearte con esos valores con los que tanto te sientes identificado. Si eres alguien empático, trata de ponerlo mucho más en práctica. Si lo es la ayuda a los demás, ponlo más en práctica. Piensa si es pasar tiempo con las personas que quieres, no te quedes más tiempo del necesario en tu puesto de trabajo, sin excusas. La vida no es eterna, así que repasa tus prioridades, tu estilo de vida y define cómo quieres vivirla.

Ponte límites

Si estás en un entorno tóxico, debes establecer límites. Inicialmente contigo, porque si no, vas a tragar con mucho que no va a hacer que hacerte sentirte peor. No entres en las conversaciones que fomenten ese corrillo de toxicidad, de la queja constante, de la crítica. Este tipo de actitudes rebajan mucho el nivel de energía. Mantente fuera de eso para cuidar tu energía y buscar estar con personas que te nutren, te inspiran y positivos. Cuando algo te chirríe, se asertivo y di que no o trasládalo donde puedas para parar este tipo de comunicación.

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Otro límite es entender que lo que vives en la oficina, se debe quedar ahí. No te lleves el trabajo a casa. Este es uno de los mayores motivos por los que nos sentimos tan mal, porque no sabemos desconectar y siempre estamos pensando en cosas del trabajo. No toleres comportamientos irrespetuosos.

Trabaja la gratitud y cuídate

Cuando estamos conectados con la energía del agradecimiento, nuestra actitud se transforma y es mucho más positiva. Ten rutinas diarias de agradecimiento, de ser consciente todo aquello que tienes en tu vida para ser agradecid@, para darte cuenta. Cuídate, haz todo aquello que te nutre, sal a caminar, deja que cada día te toque el sol un rato, haz ejercicio, medita o haz esas actividades que te hacen conectar contigo. Con lo que te hace disfrutar y ganar energía.

Si en tu lugar de trabajo, tienes un jefe que no suele hablar de su equipo, o solo habla de él, cuestiónatelo. Cuando ves que muchos compañeros salen por patas y entra y sale mucha gente de la empresa o si ves que no hay mucha diversidad, ponte en guardia y pregúntate si, quizás estás en un entorno tóxico. Ahora ya tienes algunas herramientas para empezar a tomar decisiones.

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Especialista en Employer Branding y asesora de Gestión del Talento en las empresas. Apasionada de la comunicación, las personas y cómo potenciar sus habilidades. Su objetivo es conectar a las personas en su entorno de trabajo.

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