Si hace un año nos cuentan todo lo que vamos a vivir, nadie hubiera podido firmarlo. Nadie sabía tanto como para adivinarlo y ninguna organización había hecho el trabajo de previsión para adelantarse a esto. Pero puestos a lo que tenemos ante nuestros ojos, Recursos Humanos está poniéndose las pilas y haciendo un gran análisis de todos los aprendizajes de este 2020 ya finiquitado.
Aprendizajes del 2020
Este año nos ha sacudido pero bien, y de las caídas más gordas es de donde debemos sacar los mejores aprendizajes para no solo seguir adelante, sino para ser mejores.
Oportunidades ante los retos
Todo han sido sacudidas, problemas, transformaciones que hacían que tuviéramos que buscar nuevas soluciones. El hecho de tener un foco claro ha sido un aprendizaje que ha mostrado lo importante de tener claro un propósito. Es la luz que ha de guiar a las organizaciones hacia su objetivo de la forma más fuerte, porque es como el pegamento ante los inconvenientes.
Formación online
Lo que quieras aprender está en la red. Cualquier persona se ha acercado a un curso, un webinar, una charla o un taller online que le ha permitido aprender. En las organizaciones hemos aprendido que no habíamos hecho suficiente, y que de hecho, seguimos haciendo para aportar y crecer cada día. Ahora está claro, no era suficiente lo que teníamos. Llamarnos Recursos Humanos ya no vale. Un gran aprendizaje ha sido entender que hay que dar muchos más pasos para aprender, para seguir formando al equipo.
Da igual que estemos en pie, ahora no solo cuenta eso. Debemos entender nuestro entorno, visualizar lo que ocurre casi a diario y ser capaces de dar las mejores respuestas. Y para eso, es necesario una formación constante. Y ahora más que nunca, tenemos el entorno digital a nuestra disposición. Hagamos uso de él.
Poner en valor a las personas
Ahora más que nunca uno de los mayores aprendizajes ha sido el de comprender de una vez, que el valor que tienen las personas, es indudable. Todo lo que hacen por la organización es para sumar y seguir creciendo y es importante entender qué pieza clave es cada uno de ellos para poder crear la mejor sinergia.
La nueva realidad se forma con la marca personal de cada persona y mirando a los ojos a cada uno de los miembros del equipo. Ponernos en valor, hace que nuestra organización también gane en valor.
Incertidumbre y normalidad
Aceptar lo que ha ido sucediendo en la organización no ha sido nada fácil. Para esto está Recursos Humanos: estar cerca de las personas y mantenernos firmes. Todo lo que a primeros del 2020 estaba marcado como ruta del año, se cayó y tuvimos que aprender a convivir con la incertidumbre, el miedo y el no saber ni cuándo ni cómo íbamos a volver.
Por más que hayamos hablado de mundos VUCA y de entornos cambiantes, jamás pensamos en un cambio tan trascendental y que nos sacudiera de tal forma. El mayor aprendizaje ha sido salir resilientes y fuertes para seguir bajo un entorno aún cambiante y movible. El movimiento se ha instalado y ya todos lo hemos visto. Queda entender qué es la famosa capacidad de adaptación y el que no lo haga, no sobrevivirá. Tener un plan B o un plan C va a ser uno de los aprendizajes del año.
Nada es estático, ya lo hemos comprobado. Así que lo más inteligente es entender este entorno que necesita ser escuchado constantemente. De esta manera podremos mejorarlo y mejorarnos. El aprendizaje ha sido comprender que el miedo forma parte de nuestro camino y que hay que aceptarlo.
Cuidarnos para conectar
Conectar ha sido mi palabra en 2020 pero creo que ha sido la de muchas organizaciones. Hemos aprendido que es la clave para relacionarnos mucho mejor. Mirarnos como personas y no como profesionales ha hecho que se rompieran muchas barreras. Un gran aprendizaje este año ha sido que nos tendamos la mano más allá de nuestro rol. Entender esta nueva forma de relación, abre nuevas posibilidades y ahí está el nuevo horizonte para los equipos.
Lo que más importa (lo único) son las personas y haber llegado a empatizar como lo hemos hecho en este 2020 ha conseguido que conectemos mucho más entre nosotros. Hemos aprendido a ponernos los zapatos del de al lado y a ayudar a quien antes ni habíamos mirado y hemos aprendido a acariciarnos remotamente.
Reinvención constante
Que lo del “esto siempre se ha hecho así” se acabó. Estamos en la era de la reinvención, de no quedarnos parados, de escucharnos y de tomar nuevas decisiones. Es tiempo de hacer cosas nuevas, de aprender a hacer las cosas de otra forma, de arriesgarse y probar, de escuchar a otros a los que quizás antes ni veíamos. Se trata de colaborar con esas áreas a las que ni siquiera prestábamos mucha atención o con esos equipos que miraban hacia un lugar donde nosotros ni veíamos. Colaboraciones nuevas y sinergias inusuales para resultados nuevos.
Digitales pero con propósito
Un aprendizaje de este año ha sido la importancia de la presencia digital. Nos hemos reunido a través de diversas aplicaciones donde juntarnos remotamente y hemos comprobado que las organizaciones que tenían presencia digital, han sido las primeras en salir adelante. Hemos visto como las marcas se han puesto las pilas para no solo responder a sus servicios o productos, sino a conectar con sus usuarios-clientes. El propósito ha cobrado más presencia que nunca, porque hemos comprobado la importancia de conectar con los demás y con lo que hacemos.
Ha sido un año lleno de aprendizaje, solo queda ver si en este 2021 sabemos aplicarlo o volvemos a caernos.
Formación Relacionada
Últimos posts de Maribel García (ver todo)
- Existe la productividad tóxica, ¿la estás sufriendo? Descubre cómo evitarla - 28 de febrero de 2022
- Salud mental en las organizaciones, ¿puede España vivir “la gran dimisión”? - 24 de febrero de 2022
- Comunicación no verbal: ejemplos, tipos, cómo mejorarla - 15 de febrero de 2022
