Los tiempos del COVID19 son los que nos están descubriendo otras formas de hacer las cosas. ¿Qué hacemos en Recursos Humanos para entender qué tipo de talento es el que más necesitamos? Una de las claves está en las soft skills, las llamadas habilidades blandas. Por algo son ya las competencias más demandadas en estos nuevos tiempos.
Soft skills, más allá del pack básico
¿Por qué son las habilidades blandas las que ocupan más espacio en las peticiones de las organizaciones? Se dice que están ya por encima de las competencias técnicas y este año parece estar siendo clave en eso. Una cosa es saber hacer algo concreto para lo que requerimos tener unos conocimientos específicos y técnicos. Otra es saber relacionarnos, saber convivir y gestionar situaciones que cualquier persona pueda vivir.
Haber adquirido y desarrollado soft skills, nos permite poder ser capaces de llevar a cabo lo segundo. Las organizaciones necesitan personas que puedan hacer más que desarrollar las funciones de su puesto concreto. Necesitan personas ágiles, adaptables ante las situaciones que una organización pueda sufrir. Porque no le diferencia de nada que no puedan estar vivir el resto de los mortales y para eso hay que tener las mejores herramientas.
Se llaman habilidades blandas. Hoy leía a un colega llamarlas “habilidades humanas” y me ha parecido de lo más acertado, porque en definitiva no dejan de ser eso.
Tiempos de cambio
¿Por qué no nos vale con lo que teníamos antes? Porque el mundo cambia, porque ni siquiera antes servía, pero muchos seguían aferrándose a una gestión del talento errónea. Nuestro entorno nos pide a gritos que nos relacionemos de otra forma o acabaremos mal. Nuestras relaciones construyen los vínculos que hacen que consigamos lo que queremos.
Soft skills más demandas
¿Y cuáles son las habilidades blandas a las que debemos hacer más caso? Las que son más demandadas en las organizaciones que han entendido que son el ingrediente que necesitan para ser realmente competitivas y tener éxito. Con las soft skills se adoptan de forma más ágil aquellas acciones necesarias en la empresa, se consigue mayor rendimiento, bienestar y compromiso.
Aportar equilibrio entre la vida personal de los empleados y su vida profesional, genera el engagement que muchas empresas buscan para mejorar la productividad.
Agilidad
Ya no vale aquello de “trabajo para toda la vida” o “esto siempre se ha hecho así”. Debemos tener la agilidad y adaptabilidad para poder afrontar los cambios con el mejor conocimiento. Ser capaces de gestionar el cambio y aportar soluciones que no tarden meses o años va a ser clave.
Brilli Brilli del Bueno
Esta es cosecha propia… pero ya sabéis lo que siempre digo: si encuentras una persona auténtica, coherente y de verdad, estás ante el #BrilliBrilliDelBueno. ¿Quién no querría tener personas así en su organización? De las soft skills que más van a demandarse.
Colaboración
Clave para los equipos que están en remoto, que han de trabajar y encontrar la sinergia esté cada miembro donde esté. Conectados, pero sin estar juntos. Debemos ser capaces de poder colaborar con nuestro equipo en entornos digitales, en comunidades virtuales y diversas.
Desaprender y aprender
Tener la capacidad de cuestionarse lo aprendido, de tener la mente abierta, de ser curiosos. Desaprender significa no detenerse nunca ante el nuevo aprendizaje. Hay que seguir aprendiendo para seguir siendo útiles y poder aportar más valor que nunca.
Emocional (Inteligencia)
Para relacionarnos las soft skills son necesarias y una de las herramientas elementales es la inteligencia emocional. Poder entender nuestras emociones y las de los demás es esencial para trabajar en equipo y sacar lo mejor de cada persona.
Flexibilidad
Sin flexibilidad nos quedamos estáticos. Necesitamos personas que sean capaces de adaptarse, de ser flexibles. Estamos ante situaciones que requieren cambios constantemente, para ello hay que tener competencias que no bloqueen el desarrollo y crecimiento.
Gestión de la incertidumbre
Las circunstancias que estamos viviendo demandan soft skills que no solo sepan adaptarse. Es vital que capeemos con la incertidumbre, ya que parece haberse quedado a vivir. Si no tenemos en nuestro equipo personas que tengan esta habilidad, seremos una organización mucho más lenta y complicada.
Habilidades sociales
La esencia del éxito en una organización se va a medir por las habilidades sociales que tengan sus miembros. Tanto sepan relacionarse, cuidar los vínculos y entender de qué manera deben gestionar su comunicación, así brillará la organización.
Innovación
Cuando hay que saber leer los cambios, necesitamos personas con soft skills como la creatividad, la innovación para interpretar y aportar alternativas. Las nuevas ideas son el salvavidas para situaciones como la que actualmente estamos viviendo.
2 habilidades blandas extra
Liderazgo
Es imprescindible que tengamos líderes que no solo sepan gestionar a sus equipos de una forma humana, cercana y alineados con la cultura de la organización. Se trata de tener a personas que tengan autoliderazgo y que comprendan de qué manera es importante su autoconocimiento para poder comprender a los demás.
Resiliencia
La madre de las habilidades más demandadas últimamente en momentos de COVID-19. La resiliencia está siendo como el oxígeno en las organizaciones por su capacidad de supervivencia. Cuando las cosas no van del todo bien, es clave contar con personas resilientes que puedan no solo combatir la situación sino aportar valor para eliminar riesgos y ser capaces de levantarse con más fuerza.
Si tienes alguna de estas soft skills, ya tienes más opciones que otras personas de ganar empleabilidad. Identifica aquellas competencias que puedes mejorar y desarrolla todo tu potencial para apoyar a la organización y aportar más valor que nunca. Tu talento está siendo muy demandado.
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